Estos fueron redimidos de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero”.

– Apoc. 14:4.

Fukien, mi provincia natal, es famosa por sus naranjas. Yo diría (aunque con cierto prejuicio) que no hay otras naranjas como ellas en todo el mundo.

Al observar las colinas, al principio de la temporada, todo el paisaje se ve verde. Pero al mirar con más detenimiento, esparcidas aquí y allá, comienzan a aparecer ya algunas naranjas que tienen color. Es maravilloso ver aquellos toques de color despuntando sobre el verde oscuro del follaje.

Con el correr del tiempo toda la cosecha irá madurando y la arboleda tomará un color dorado, pero en este momento son las primicias las que son recogidas. Ellas son tomadas a mano y llegan a los mejores precios del mercado, tres veces superiores a los normales.

Tenemos la certeza que todos los creyentes llegarán, de alguna manera, a la madurez. Entretanto, el Cordero busca los primeros frutos para su hora de mayor demanda.

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