¿Cuál es el propósito de nuestra vida espiritual? ¿Por qué Dios nos salvó entre multitudes de personas? ¿Es sólo para que podamos ser libres y disfrutar de sus bendiciones? Si así fuera, eso nos haría muy egoístas. Si nos volvemos personas centradas en nosotros mismos, ¿cómo será Dios glorificado?

Dios tiene un propósito superior para nosotros. Él quiere que lo conozcamos de una manera viva, quiere que nosotros entremos verdaderamente en su corazón. Él quiere que seamos lo que él se ha propuesto que seamos, para que pueda ser glorificado en nosotros, y para que su Hijo pueda ser glorificado en nosotros.

La visión celestial no es una comprensión mental: es una realidad interior. La mayor necesidad en el pueblo de Dios hoy es tener esta visión. Siento que es de vital importancia que cada hijo de Dios pueda captar la visión celestial que Dios tiene para cada uno de nosotros; porque sin esa visión celestial, nos desenfrenaremos, seremos un pueblo sin disciplina, sin una meta; la vida no tendrá sentido, no podremos cumplir la voluntad de Dios, y él no se glorificará en nosotros. La visión celestial es un imperativo en nuestra vida cristiana; es lo único que nos permitirá seguir al Señor hasta el fin.

Los mensajes incluidos en este volumen fueron impartidos en la Primera Conferencia Internacional organizada por la revista «Aguas Vivas» en Santiago de Chile, en septiembre de 2004. El lema de esta Conferencia fue «La Visión Celestial», y tuvo una rica expresión desarrollada desde diversos ángulos no sólo por los expositores oficiales –Stephen Kaung y Christian Chen– sino también por invitados especiales que se sumaron a esta hermosa tarea.