Una mirada al actual panorama mundial, a la luz de la palabra de Dios.

Lecturas: Is. 24:1-6, 18-23; Sal. 46:1-7; Sal. 33:10-11; Is. 8:9, Heb. 12:26-29.

Terremoto y tsunami en el Océano Índico

¿Es simple coincidencia o tiene un significado divino? Al final de 2004 y principios de este fatal 2005, temprano en la mañana del 26 de diciembre, el mundo experimentó uno de los terremotos más severos de su historia, seguido de un poderoso tsunami que llevó a unas 160.000 personas a la eternidad. Por este sismo tan severo, grado 9 en la escala de Richter, el planeta se detuvo un segundo o dos en su rotación. La isla de Sumatra, no muy pequeña, se movió 36 metros al sur, y varias de las islas de Andaman y Nicobar fueron divididas en dos. El efecto se sintió incluso en la costa africana oriental, a miles de millas de distancia de la costa oriental de India y la isla de Sumatra.

El epicentro fue localizado a millas bajo la superficie del mar en el norte de Sumatra. El mayor grupo militante del Islam en toda Asia del sur y sudeste se centra en esta área en Sumatra del Norte, sur de Tailandia y en las islas de Andaman y Nicobar. Sumatra del Norte y Tailandia del Sur habían sido afectadas por rebeliones contra sus gobiernos por razones religiosas. Sumatra del Norte ha sido por muchos años un centro de violenta incitación anticristiana, del asesinato de pastores y líderes cristianos, y del incendio de lugares de reunión cristianos.

Las islas Andaman y Nicobar nunca han permitido a una organización cristiana trabajar allí, sólo permiten a un misionero visitarlas. Además, sólo un año antes, otro terremoto golpeó a Bam en Irán, con la pérdida de decenas de miles de vidas. Aun más significativo es el hecho que el terremoto del Océano Índico afectó el mundo entero en su alcance. Las naciones europeas, sobre todo Gran Bretaña y las naciones escandinavas y alemanas sufrieron la pérdida de muchas vidas que lanzaron un paño de muerte sobre la época festiva de Navidad y Año Nuevo. ¿Es este el augurio de muchos más desastres naturales violentos anunciados en la Palabra de Dios? Yo pienso que sí.

Durante años, en estos análisis periódicos, a menudo he dicho que al final el Señor se levantará con ira, y he sido motejado por algunos como fanático. Hoy, tristemente, muchos de los llamados ‘evangélicos’ no creen en la total autoridad, inspiración y relevancia de la Biblia. Buscan reinter-pretar la Palabra de Dios a la luz del pensamiento moderno, así que se niegan a reconocer ningún juicio divino. Ellos no creen en el infierno ni en un Dios que conmoverá la tierra, como nosotros lo conocemos. Este acto de poner la Palabra de Dios en acuerdo con el pensamiento moderno es una obra de las tinieblas, una obra de seducción de los espíritus. Tenemos que decir que el dios de tales cosas es un ídolo, el producto y proyección de su propia mente, reflejando exactamente sólo aquello que su cerebro le permite ser y hacer.

Sin embargo, la Palabra de Dios es recta, simple y clara, e irrefutable. Consideremos por ejemplo, algunas Escrituras. Las palabras del Señor Jesús en Lucas 21:25-28. «Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas; desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra; porque las potencias de los cielos serán conmovidas. Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en una nube con poder y gran gloria. Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca».

O las palabras del Señor Jesús registradas en Mateo 24:7-8: «Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. Y todo esto será principio de dolores». O en Isaías 13:6-11: «Aullad, porque cerca está el día de Jehová … toda mano se debilitará, y desfallecerá todo corazón de hombre, y se llenarán de terror; angustias y dolores se apoderarán de ellos; tendrán dolores como mujer de parto … He aquí el día de Jehová viene, terrible, y de indignación y ardor de ira, para convertir la tierra en soledad, y raer de ella a sus pecadores. Por lo cual las estrellas de los cielos y sus luceros no darán su luz; y el sol se oscurecerá al nacer, y la luna no dará su resplandor. Y castigaré al mundo por su maldad, y a los impíos por su iniquidad; y haré que cese la arrogancia de los soberbios, y abatiré la altivez de los fuertes». No es correcto, en mi opinión, interpretar la palabra de Dios de una manera en que nunca se ha interpretado antes, o espiritualizarla al punto que pierda su significado original.

El enigma de Arik Sharon

La confusión en Israel y el Oriente Medio no ha disminuido, sino que se ha profundizado grandemente. En mi último análisis1, describí la situación actual de Israel como la más grave crisis que ha enfrentado en sus 56 años de historia moderna. Es verdad. Es más grave que la crisis de 1947-48 en la Guerra de la Independencia, o en la Guerra de los Seis Días en junio de 1967, o en la Guerra de Yom Kippur de 1973. Todos estos fueron ataques frontales que sólo unieron a la nación entera. La crisis presente es el más insidioso de todos esos ataques en su existencia, viniendo –como lo son– tanto de adentro como de afuera.

De hecho, si tiene lugar el retiro desde Gaza y las cuatro pequeñas comunidades en el norte de Samaria, en mi opinión esto significará el fin del ideal sionista como nosotros lo hemos conocido. Las personas han hablado de la era post-sionista, y eso es exactamente lo que esto evidenciará. Marcaría en realidad la primera y mayor entrega voluntaria de un área de la Tierra Prometida.

Es por supuesto verdad que cuando Menahem Begin se retiró de Yamit en el norte de Sinaí, al sur de la Franja de Gaza, fue una entrega voluntaria de una pequeña área reconocida por todos los rabinos como perteneciente a la Tierra Prometida. El área más grande de Sinaí que Menahem Begin también dio a Egipto, siempre ha estado abierta a cuestionamientos y debates acerca de cuánto de ella estaba dentro de la Tierra Prometida. Recuerdo bien a Geula Cohen preguntando a Menahem Begin: «Regalando esta parte de la Tierra Prometida, ¿no tiene usted temor de la maldición mencionada en el Talmud sobre esto?». (El comentario talmúdico es que una maldición caerá sobre cualquiera que vende una parte de la Tierra Prometida a aquéllos que no son de la simiente de Abraham). Él contestó, encogiéndose de hombros: «¿Qué puedo hacer yo?». Él creía que por la retirada total de Sinaí y la destrucción del pueblo de Yamit, el mundo favorecería entonces a Israel y entendería que para su seguridad y su economía, su bienestar, Israel debería retener el centro esencial e histórico de su territorio. No fue así. Shmuel Katz, consejero de Begin, se resignó diciendo que el resultado sería bastante diferente y sería el principio de una disolución. Tenía razón. Menahem Begin murió unos dieciocho meses después; un hombre quebrado. Fue un triste y oscuro fin para una vida ilustre.

Ahora somos testigos de otra propuesta de retiro, esgrimiendo las mismas razones. Arik Sharon se ha vuelto un enigma incluso para algunos de sus amigos y principales colaboradores. Su insólita posición sobre los asentamientos en Gaza y en Samaria ha dejado perplejos a la mayoría de sus seguidores. ¿Cuál es su idea? ¿Por qué este veterano de guerra que ha gastado su vida por los ideales sionistas, el padre de la política de asentamientos, de pronto ha cambiado su discurso? Ha habido muchas explicaciones y conjeturas. Lo que sí está claro es que Israel está convulsionado con los serios espectros de la desobediencia civil que puede conducir a la violencia y aun a la guerra civil. Los colonos, tan a menudo representados en los medios de comunicación, particularmente a lo largo del mundo, como demonios con cuernos, realmente representan el verdadero ideal sionista. Aun cuando ellos fueran removidos por fuerza abrumadora, la herida en la nación sería tan grande que llevaría a una seria desmoralización.

Si es verdad que miles de soldados rechazarían las órdenes para ser parte de la evacuación y retiro, entonces las perspectivas para Israel son lúgubres. Se ha anunciado que 28 funcionarios, que incluyen a tres generales, han sido dados de baja del ejército. Este es el principio. Me atrevería a decir que si este retiro tiene lugar, es el entierro del sionismo como lo hemos conocido y el nacimiento de un tipo diferente de sionismo, vacío de su carácter y significado.

Yo agregaría que si Israel llega a ser ingobernable, el daño infligido a la nación tomaría generaciones en sanar. La vía más simple de detener esto es llamar a nuevas elecciones o por lo menos un referéndum nacional sobre una materia en la cual se sostienen tan profundas convicciones, una materia que podría dividir a Israel como ninguna otra. Ha habido llamados de todos los sectores del espectro político nacional a realizar tal referéndum o nuevas elecciones; sin embargo, Arik Sharon ha rehusado oír hablar de ello. Su posición ha dejado a todos, de la derecha a la izquierda, perplejos. Su propio partido, incluso su gabinete, ha sido dividido y trastornado.

No es de maravillarse que describamos la condición de Israel como la crisis más seria en 56 años. Es por supuesto posible que Sharon tenga una estrategia, que se haya hecho a sí mismo objeto del oprobio de todos para, de alguna manera, mostrar al mundo lo que realmente hay en el corazón palestino y árabe. Pero eso es sólo una especulación.

Israel, naturalmente, está acostumbrado a los viejos soldados como líderes nacionales, para bien o para mal, y Ariel Sharon es un patriarca militar veterano, altamente respetado, un gran hombre genuino. El problema con los patriarcas es que tienden a considerar que la forma en que ellos ven las cosas es la única y la mejor; creen estar haciendo lo correcto, aun cuando el electorado no entienda en el momento su política y acciones. Uno tiene que cuestionar si esa es una verdadera democracia. Las materias que afectan el carácter mismo de un estado y una nación deben ser decididas ciertamente por una mayoría más sustancial que un solo voto. Israel está de pie, en el umbral de 2005, entre el tumulto, la confusión y muchas aprensiones.

La muerte de Yasser Arafat

Yasser Arafat murió a la edad de 75 años. De qué murió, el mundo no lo sabe. Los doctores franceses que lo trataron en sus últimos días permanecen mudos, aunque afirmaron que no fue envenenado. Como resultado, circulan muchas historias. Lo que está claro es que murió siendo un hombre increíblemente rico, señalado por Forbes como el Nº 26 entre los hombres más adinerados del mundo.

Arafat vivió y murió por las armas. Llegó a ser el padre del terrorismo moderno y el arquitecto del secuestro y estallido de aviones de pasajeros que involucran la muerte de personas inocentes. Si entre 1965 a 1967, el mundo hubiera condenado el frío asesinato de civiles inocentes para atraer atención a una causa, no tendríamos la presente situación mundial. En cambio el mundo lo justificó, como la víctima en lugar del perpetrador. Ahora, los musulmanes matan musulmanes; los musulmanes iraquíes matan iraquíes; los musulmanes saudíes matan a los saudíes; los musulmanes afganos matan a los afganos; los musulmanes paquistaníes matan a los paquistaníes y los musulmanes indonesios matan a los indonesios. La caja de Pandora fue abierta por Arafat y, sin embargo, el mundo simpatizó con él.

En la elección de la autoridad palestina, del líder palestino en lugar de Yasser Arafat, Abu Mazen o Mahmoud Abbas fue elegido por una gran mayoría. ¿Qué podemos decir sobre Mahmoud Abbas? Él ha definido sus condiciones para la paz con Israel no sólo como: 1) el retorno de los refugiados palestinos a su lugar original; 2) el retorno completo de Israel a las fronteras de 1967; sino también: 3) la capital del nuevo Estado palestino debe ser Jerusalén; 4) la destrucción del cerco de seguridad; y, 5) la libertad de todos los prisioneros palestinos.

Recordemos que Abu Mazen es el arquitecto del plan para la destrucción de Israel por etapas, adoptado por la organización palestina como su estrategia oficial hace algunas décadas.

A todo esto debemos agregar un hecho más esencial, si queremos entender la condición de Israel. Todos los mártires de Hamas y El Jahid y el El-Aksa rehúsan aceptar el estado de Israel bajo cualquier circunstancia. Su meta declarada es la liquidación total de Israel como estado y como nación. Generalmente no se entiende que cuando estos grupos hablan de territorio ocupado, ellos no se refieren a Gaza o al Banco Oriental, sino a todo Israel. Todo este tema se ve claramente en el mapa con el logotipo palestino, y en todos sus libros de texto escolares oficiales. No aparece Israel. El nombre de Israel está ausente; sólo aparece Palestina. Esto está por supuesto en acuerdo con la vista general del Islam. Dios o Alá ha terminado con el pueblo judío y los ha rechazado como nación y como estado. Por consiguiente su establecimiento es una aberración, una obscenidad satánica que debe ser quitada, y todos los musulmanes buenos y verdaderos deben dar su apoyo total a cada esfuerzo por destruirlo.

La reelección del presidente Bush y su desafío

Vino una gran conmoción al mundo entero, al Reino Unido y Europa en particular, por la reelección de George Bush. Algunos titulares de prensa británicos dijeron: «¿Cómo pueden 59 millones de personas ser tan tontos?». Yo estaba en los Estados Unidos el día de la elección y nunca olvidaré la mirada de incredulidad en las caras de los anunciadores de la televisión cuando fue evidente que el presidente Bush había ganado por una amplia mayoría.

Lo que está totalmente claro es que el Señor ha dado una última oportunidad a los Estados Unidos. ¿Será esa oportunidad asumida por la iglesia de Dios allí, o no? Esa es la interrogante. No dudo que el futuro de los Estados Unidos, el tipo de sociedad que serán, su influencia en el mundo, su estado de súper potencia, y su supervivencia como propagador del Evangelio, está en manos de la iglesia de Dios. Pero la iglesia de Dios en los Estados Unidos es una rica, bien organizada, conocedora, y gran Laodicea.

La iglesia en Laodicea no era una institución cristiana nominal. No era sólo institucional y meramente tradicional, sino una asamblea de creyentes renacidos. Hoy, nosotros los llamaríamos ‘evangélicos’. Predicaban el evangelio, partían el pan, estudiaban la Biblia, tenían reuniones de oración. Sin embargo, el Señor Jesús, cabeza de la iglesia, Salvador y Luz del Cuerpo, estaba fuera de ella, y llamaba a la puerta para que le dejasen entrar. Hay algo increíblemente triste en las palabras del Señor: «Si alguno oye mi voz y abre la puerta…».

No hay duda que Laodicea creía que estaba oyendo Su voz. Ellos habrían considerado casi blasfemo sugerir que la Cabeza había sido dejada fuera de su Iglesia, y su voz no era oída. Ellos creían que eran ricos en él; habían obtenido mucho de Cristo, y no tenían necesidad de nada. Probablemente dirían que su obra entera se debía a él, estaba centrada en él. Sin embargo, el Señor les dijo que eran desventurados, miserables, pobres, ciegos y desnudos. Ninguno que es tibio se arrepentirá alguna vez. La verdadera naturaleza de la tibieza de Laodicea es tener mensajes bíblicos buenos que avivan y desafían, pero no perturban el ‘statu quo’; no cambian de forma alguna nuestras vidas y nuestra manera de hacer las cosas. Es una condición apática.

Si aquellos que aman y conocen al Señor meramente dan un suspiro de alivio y vuelven a esta condición de Laodicea, un alud de oscuridad espiritual y maldad caerá sobre América del Norte, energizada y guiada por poderosos principados invisibles. El objetivo de Satanás ha sido por mucho tiempo destruir este baluarte bíblico occidental; pero si aquellos que de verdad aman y conocen al Señor se humillan ante Dios, permitiéndole quebrantarlos, y se arrepienten, el Espíritu de Dios puede producir allí el más grande despertar en la historia de la iglesia. Esto, a su vez, afectaría cualquier elección futura.

Ha sido una asombrosa conmoción para Europa y Gran Bretaña, en otro tiempo las ‘patrias cristianas’, que los principios bíblicos hayan jugado un rol tan vital en la elección nacional. Esos fundamentos bíblicos en los que Europa y Gran Bretaña fueron grandes, han sido desechados hoy como antiguos, no pertinentes, y dañosos al bienestar y unidad de la sociedad en general. Han sido rechazados en interés de una nueva sociedad globalizada, una sociedad universal con nuevas normas y principios; de hecho una Babel resucitada y reavivada.

La diferencia entre la sociedad americana y la europea puede verse en el simple hecho de que mientras en los Estados Unidos hay todavía bastantes personas que creen en la palabra de Dios y votaron sabiendo que su fe en Dios representaba una diferencia dramática en el resultado de la elección, en Europa el Parlamento europeo amenazó expulsar a todos los candidatos a posiciones vitales y poderosas recomendados por la Comisión europea, debido a un hombre que era su recomendado para la Justicia Suprema en la Unión Europea, Rocco Buttiglione, un católico observante amigo del Papa. Cuando un periodista le interrogó sobre lo que él pensaba de los matrimonios ‘gays’ y de los niños nacidos fuera del matrimonio, contestó que él creía que era pecado, aunque su fe personal no afectaría su administración de justicia de acuerdo a la ley. Como resultado de la tormenta que siguió a sus declaraciones, la Comisión europea tuvo que retirar todos sus candidatos y Buttiglione tuvo que renunciar. Esa es la diferencia. Algo terrible ha pasado en la sociedad europea y británica: ha llegado a ser una sociedad post-cristiana, esencialmente pagana, que ha rechazado totalmente los principios judeo-cristianos.

El resultado de la elección norteamericana no está garantizado. Es una corta y fugaz oportunidad de cuatro años dada por Dios, en gracia y misericordia, a los redimidos en los Estados Unidos. Esa comunidad redimida en cualquier nación es la llave a su progreso o retroceso. Si ellos son consagrados al Señor, y caminan con él obedeciéndolo, llegarán a ser una luz poderosa para esa nación. Si ella los bendice, es bendecida. Si esa nación los maldice, es maldita. Es la promesa divina y profética, para la semilla física y la simiente espiritual de Abraham.

La historia es la evidencia de la validez de este principio divino. Cuando España expulsó a los judíos, cuando organizó la Inquisición, se derrumbó como potencia mundial. Cuando Portugal hizo lo mismo, cayó como potencia mundial. Estas eran las grandes potencias unos siglos atrás. Cuando Francia asesinó a los hugonotes por decenas de miles y expulsó al resto, perdió su primacía como nación. Es muy interesante ver que los países que han bendecido al pueblo judío y a los verdaderos creyentes han llegado a ser grandes naciones, como los escandinavos, los británicos, los holandeses, y Norteamérica.

Lamentablemente, a pocos días de su reelección, el presidente Bush estaba hablando nuevamente sobre la solución de dos estados para el Medio Oriente, con Tony Blair a su lado, y dentro de unos días una tormenta enorme golpeó Texas con inundaciones e incluso tornados.

El terremoto del Océano Índico, como ya hemos mencionado, puede ser el principio de intervenciones más poderosas de Dios. Ciertamente la palabra de Dios declara reiteradamente que habrá señales en el sol, la luna y las estrellas, una conmoción del cielo y de la tierra. Siempre recuerdo a mi amado hermano Derek Prince, que ahora está con el Señor, diciendo que cuando Dios juzga a una nación, un pueblo o una obra, empieza muy quieta y suavemente. Si ellos toman nota, cesa el juicio. Si no lo hacen, llega a ser más y más violento hasta el fin que es catastrófico. ¿Hemos alcanzado el punto de los juicios catastróficos? Merece ser visto.

Extractos de «Israel-Middle East Update», Enero 2005, en www.cfi-usa.org.