Palabra clave: Robo / Versículo clave: 3:8.

Malaquías significa «Mi mensajero». Este profeta fue enviado a denunciar las prácticas que deshonraban a Dios y a su culto, y para fortalecer las manos de Nehemías. Su mensaje cierra el Antiguo Testamento. Luego, a través de cuatro siglos de silencio, él apunta a otro mensajero que debería preparar el camino del Señor y el advenimiento del propio Señor, el mayor de entre todos los mensajeros, el «Ángel del Pacto».

Esta profecía, posterior a la de Hageo, pertenece al periodo de Nehemías (440-4210 a. C.), para quien Malaquías fue lo que Hageo y Zacarías fueron para Zorobabel. En su forma, esta profecía es un diálogo: la reprensión del profeta es contestada, lo que lleva, a su vez, a reprensiones aún más vehementes.

El robo a Dios es la triste nota del libro. La idolatría había desaparecido, pero el formalismo y la hipocresía habían tomado su lugar. El pueblo retenía aquello que se le debía a Dios, o pagaban sus obligaciones santas con ofrendas sin valor. Los pobres también eran robados, y el profeta fustiga tanto a los sacerdotes como al pueblo.

El formalismo vacío y el escepticismo, hallados aquí, son el origen del fariseísmo y del saduceísmo, que llegaron a su apogeo en los días del Señor.

El amor y la ira son dos aspectos distintos del mismo carácter de Dios. Y, por tanto, en este libro de advertencias encontramos la corona de las promesas del Antiguo Testamento (3:10). Entretanto, la última palabra del Antiguo Testamento es maldición. La ley y los rituales, el exilio y su disciplina, el sacerdocio y la profecía, no pudieron anular la maldición: era necesaria una revelación más plena de la gracia.

El silencio profético se extiende desde Malaquías hasta Juan el Bautista, dejando totalmente claro que la profecía estaba completa siglos antes de los eventos anunciados. Sin embargo, hay una conexión notable entre los dos testamentos: los últimos personajes en las páginas inspiradas de Malaquías y los primeros en las páginas inspiradas de Mateo son el Ángel del Pacto y su Precursor.

Divisiones:

1. 1:1-1:5. Palabra introductoria del Señor.
2. 1:6-2:9. Reprensión a los sacerdotes.
3. 2:10-2:16. Reprensión del divorcio y la infidelidad.
4. 2:17-3:6. El Mensajero venidero.
5. 3:7-3:12. Diezmos y ofrendas.
6. 3:13-4:6. El día venidero del Señor.