Una nueva amenaza se alza en el plano biológico: una epidemia global asociada a la fiebre aviar, que puede traer luto a muchos países.

Los expertos están alarmados. Algunos han dicho que la naturaleza está haciendo experimentos con el virus de la gripe en Asia, y que esos experimentos pueden transformarse en la mayor de todas las amenazas biológicas.

Al 9 de febrero de 2004 la gripe aviar ya había provocado la muerte de 19 personas y provocado el sacrificio de unos 50 millones de pollos y patos en diez países asiáticos: Vietnam, Tailandia, China, Corea del Sur, Camboya, Taiwán, Indonesia, Laos, Pakistán y Japón.

Un par de días más tarde se confirmaba la presencia de la gripe en Estados Unidos, en el estado de Delaware, donde ya se habían sacrificado 12.000 pollos para evitar el contagio.

Algunas consecuencias

Casi en seguida de conocerse el primer caso en Estados Unidos se supo del segundo, a ocho kilómetros del foco anterior. Como efecto inmediato, varios países comunicaron que decidieron prohibir la importación de productos avícolas estadounidenses.

La gobernadora del estado, Ruth Ann Minner, en un intento por detener el pánico, dijo que la medida adoptada por los mencionados países era apresurada.

Una situación similar se presentó en Tailandia. Debido a las quejas de los dueños de restaurantes –los clientes ya no consumen pollo– y de los productores del rubro –también amenazados de muerte–, el primer ministro Thaksin Shinawatra cocinó un pollo frito y huevos ante miles de personas en las inmediaciones del Gran Palacio de Bangkok, la capital.

Operadores de turismo de Vietnam –uno de los países más afectados– dijeron que se habían cancelado varios vuelos en Japón, Estados Unidos y Europa con destino a los países involucrados.

Pese a los esfuerzos que se realizan por tranquilizar a la población, los expertos alzan una voz de alerta. Jacques Diouf, director de la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO) señaló que la epidemia no está bajo control y que la comunidad internacional tiene que responder urgentemente para detener su expansión. “Les pedimos a todos los países que tomen medidas de precaución, que refuercen los servicios veterinarios y que se mantengan en contacto con las organizaciones de salud internacionales involucradas”, afirmó Diouf. 1

Pandemia ‘ad portas’ ¿Por qué tanta alarma? La gripe aviar ataca a las aves de corral. Mientras se pueda mantener restringida a ese círculo es de riesgo moderado, porque no debería contagiarse a las personas a menos que tengan contacto directo con aves infectadas. Pero si este virus (conocido como H5N1) se llega a combinar con algún virus de gripe humana, es altamente peligroso, pues surgiría un nuevo virus fácilmente transmisible entre personas, y letal en alto grado. Actualmente no existen vacunas, y aunque se crearan a la brevedad, su implementación masiva recién sería posible a fines de año.

El peligro es real. La OMS reconoció en el mes de enero que una forma de gripe humana se desplazaba hacia el continente asiático, lo cual hacía más probable la combinación de los virus. El doctor Shigeru Omi, director de la oficina regional del Pacífico oeste de la OMS, ha reconocido que “existe la posibilidad de que los dos virus (de gripe aviar y humana) se encuentren, muten y desencadenen una pandemia mundial, que mataría a millones de personas en el mundo”. 2

Históricamente, los intercambios genéticos entre la gripe humana y la aviar se han transformado en pandemia, y han dejado un triste saldo. En el siglo XX, eso ocurrió en dos ocasiones: la gripe asiática en 1997, que mató a 70.000 personas, y la gripe de Hong Kong, que acabó con la vida de otras 47.000.  La amenaza pende sobre la humanidad, como una espada de Damocles. De hecho, el 2 de febrero se filtraba la noticia que ningún experto desea oír. Dos hermanas vietnamitas habrían muerto por posible contagio de un hermano que habría contraído la enfermedad por contacto directo con aves enfermas. Estas muertes podrían ser las primeras transmisiones del virus de humano a humano registradas en la actual epidemia.

Un elemento adicional que ha preocupado a la comunidad internacional por su incidencia en la extensión del mal es la confirmación, en Tailandia, del contagio de aves migratorias. A raíz del hallazgo, equipos compuestos por funcionarios y voluntarios se dieron a la tarea de sacrificar aves migratorias aunque, como precisó el ministro de Medioambiente y Recursos Naturales, Prtapat Panyachatrasa, “existen pocas posibilidades de que se pueda controlar el movimiento de estos animales”. 3

Un escenario impredecible

Ante un escenario de creciente incertidumbre como el actual, algunos han recordado el triste saldo que otros virus llegados de otras especies –como el SARS, el ébola y el sida– han dejado a la humanidad.  El diario español “El País” ha señalado que la gripe ha sido en el pasado un asesino capaz de competir con el poder destructor de un conflicto armado. La gripe española –reforzada con el virus de la gripe de pollo– mató a 40 millones de personas en el planeta en 1918 – señala el periódico. “Como un experimento genético mal diseñado, el monstruo híbrido mató más que el odio, y se propagó mejor que la mentira”. 4

Hoy existe el temor no disimulado de que la historia vuelva a repetirse. Y esos temores se basan en el carácter mutante de los virus, que se pueden transformar azarosamente en huidizos e implacables verdugos. No hay nada que descoloque más que la inminencia de algo que no sabemos cómo atacará ni qué deberemos hacer para defendernos.

La ciencia no está preparada para enfrentar la posible pandemia. Ciertamente, no son días para estar muy tranquilos. La Escritura señala: “… y habrá pestes” (Mateo 24:7). Y las pestes han sobrevenido, aunque todavía en un grado muy menor a lo que ella profetiza que vendrán.

Robert Webster, director de virología del hospital infantil Saint Jude de Memphis (USA), ha interpretado muy bien los temores del hombre actual ante lo que parece inevitable: “Al margen de los esfuerzos humanos para crear agentes bio-terroristas, los experimentos con el virus de la gripe que la naturaleza está haciendo en Asia pueden constituir la mayor de todas las amenazas biológicas. No hay más tiempo para hablar. Debemos prepararnos”.

No sólo hay enemigos humanos, sino también naturales. Los humanos son terribles, por su maldad, pero los naturales son inmanejables, por su carácter aleatorio y por su fuerza. Son los temores de una humanidad indefensa, que no tiene Dios ni amparo.

1 5/02/2004, en www.bbc.co.uk
2 28/01/2004, en www.emol.com
3 12/02/2004, en www.emol.com
4 Diario “El País”, 10/02/2004.