Rama fructífera es José, rama fructífera junto a una fuente cuyos vástagos se extienden sobre el muro. Le causaron amargura, le asaetearon, y le aborrecieron los arqueros; mas su arco se mantuvo poderoso”.

– Gén. 49:22-24.

 De todos los siervos de Dios en el Antiguo Testamento, José, es quizás el más perfecto. Si bien las Escrituras no señalan ningún defecto aparente en su carácter, sabemos muy bien que su camino no fue nada fácil.

¿Cuándo comenzaron sus dificultades? Ciertamente, fue con sus sueños, que representan una visión espiritual. Por medio de ellos, José vio lo que Dios iba a hacer, y cuál era su propio lugar en el plan de Dios. Fueron sus sueños los que dieron inicio a sus problemas.

José vio lo que sus hermanos no podían ver. Ellos le llamaron “el soñador” y planearon su caída. De esta manera, él fue vendido como un esclavo, y sus pies fueron afligidos con grillos (Sal. 105:17-18). Sin embargo, él sobrevivió a todo, llegando a ser finalmente el medio que Dios utilizó para cumplir un gran propósito en su pueblo. El que puede ver, permanece hasta el final.

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