«Seré perseguido (o discriminado)…»

Usted tiene toda la razón. Usted sabe que cuando un hombre se hace cristiano (de verdad) es perseguido. Sea por su familia, sea por sus amigos, sea por sus colegas. ¡O por todos ellos juntos! ¡Será perseguido!

Usted también sabe que los cristianos históricamente lo han sido. Las catacumbas. La muerte en los países orientales.  ¡Incluso hoy! Bueno, usted será perseguido.

Usted está sacando sus cuentas «antes de», y piensa que el precio es demasiado alto. Usted no quiere sufrir. Usted no quiere sentirse incómodo. Usted se está poniendo el parche antes de la herida.

Pero ¿sabe? Si usted fuera cristiano (de verdad) no temería ser perseguido. Tendría una plenitud de vida tal, que usted con gusto sufriría todo lo que fuera, con tal de no perder esa plenitud. Aun más, usted se sentiría maravillosamente bien siendo perseguido por causa de Cristo. ¡Estupendamente!

Tendría usted una gran causa -la mayor y más noble-  por la que sufrir. Su vida no tendría ese tremendo letargo, esa frivolidad, ese sin sentido que ahora tiene. Su vida sería una explosión de vida divina. Usted respiraría gozo, valor, entusiasmo. ¡Y un increíble amor por Jesucristo! Si usted fuera cristiano sentiría que con cada persecución, su fe se fortalece, su gozo aumenta, su valor se desborda. ¡No! ¡Usted no temería las persecuciones! No sería tan pequeño como para eso. No sería tan timorato, tan enclenque, tan débil.

Ser cristiano es ser fuerte (en Cristo). Ser cristiano es tener la vida divina adentro. Usted tiene razón. Sería perseguido. Pero no sería para usted una pérdida, ¡de eso puede estar seguro!

«Estoy demasiado ocupado…»

Hoy todo el mundo está ocupado. Especialmente la gente importante.  Muchos hombres lucen sus agendas llenas en los próximos 10 ó 20 días. Los grandes médicos tal vez la tienen hasta los próximos 6 u 8 meses.

Usted, tal vez, sea uno de ellos. Pero quisiera decirle algo que no le va a tomar mucho tiempo. Usted no tiene tiempo para nadie que no le traiga un buen negocio. Usted tampoco tiene tiempo para Dios.

¿Sabe? Dios tiene todo el tiempo para usted. Y Dios le tiene un gran negocio,  el más lucrativo que haya hecho jamás.  Si usted le presta un poco de atención  podrá oír cosas que nunca antes oyó. Podrá saber cosas que antes jamás supo. Podrá disfrutar de una paz que jamás pensó que existiera. Podrá ser lo que jamás soñó. Podrá heredar lo que ningún hombre en el mundo jamás heredó.

Entonces, se dará cuenta que sus «grandes negocios» son juegos de niños al lado de las cosas que Dios tiene entre manos, se dará cuenta que ha estado perdiendo, lamentablemente, su precioso tiempo. Comprenderá que Dios tiene un propósito para usted, y nunca más se sentirá solo, ni vacío. Nunca más se le caerá el mundo encima.

Dios llegará a usted para enriquecerlo de verdad. Y luego, tal vez, usted quiera dárselo todo a Él; invertirlo todo en Él. Pero eso no será necesario decírselo. Usted mismo tal vez llegue después a decir: «Estoy demasiado ocupado para todo lo que no sea Dios».

¡Esto es algo revolucionario! ¡Esto es un cambio radical! Dios no está lejano ni inaccesible. Dios se ha manifestado a través de su santo Hijo Jesús. Conocerle a Él es la mayor experiencia de la vida. Conocerle a Él es realizar el mejor negocio, ¡la mejor inversión! ¡Para esto usted tiene que hacer tiempo!