El terrible engaño de querer “acomodar” el mensaje del evangelio para que sea aceptado por los incrédulos.

Hoy quiero hablar como una voz profética. Dios me sacudió recientemente con este mensaje. Esta mañana, el Señor por medio de su Espíritu habló a mi corazón que éste era el tiempo. Él me ha llamado para ser uno de sus vigilantes y he llorado y orado sobre esto, para que Dios me ayude a entregar el mensaje en un espíritu de amor. Este no es un mensaje de reprensión, sino de advertencia.

Un ‘nuevo’ evangelio

Hay un evangelio acomodaticio introduciéndose hoy en nuestra sociedad. Acomodar significa adaptar, ajustarse, hacer algo aceptable y conveniente. Es una invención cultural de los Estados Unidos, que se da en las grandes ciudades y que está barriendo a la nación, influenciando a ministros de todas las denominaciones, dando a luz mega-iglesias, con miles de personas que van a oír un mensaje no confrontador.

Este es un mensaje adaptable, servido en pequeñas dosis por medio de sátiras humorísticas, dramas y breves sermoncillos sobre cómo enfrentar ciertos problemas. Es conocido también como «el evangelio del buscador amigable». Para comenzar, esos términos no son escriturales. El evangelio de Jesucristo siempre ha sido confrontador. No hay tal cosa como un evangelio amigable, sino más bien una gracia amigable.

Este nuevo evangelio está siendo propagado por ministros jóvenes y brillantes. Su fórmula es ésta – tú puedes ir a cualquier ciudad y, si tienes la estrategia correcta, puedes levantar una mega-iglesia en poco tiempo. Debes usar tus habilidades y buscar el lugar que mejor se ajuste a ellas. Te vas a vivir a ese lugar y haces una encuesta para conocer lo que desea todo aquel que no asiste a ninguna iglesia: «¿No te gustan los coros? Bueno, ¿irías a una iglesia que no tenga coro? ¿No te gusta vestir trajes? ¿Asistirías a una iglesia donde el vestuario es informal?».

Luego, vas a tu computadora y diseñas un evangelio no confrontacional, que satisfaga los deseos y necesidades de la gente. Después de reunir un grupo de personas, diseñas tu mensaje para ayudarles a enfrentar sus necesidades. El programa busca hacer de la iglesia un lugar grato y amigable para todos los pecadores que deseen asistir.

Éste se está convirtiendo en el más floreciente de todos los movimientos religiosos. Miles asisten a estas iglesias. El pastor es un gerente, y todo se transforma en un negocio. Ellos no se andan con rodeos: siguen el ejemplo de las técnicas de marketing y están teniendo éxito. Su fórmula para el crecimiento rápido es vendida especialmente a los ministros jóvenes – aquellos que quieren alcanzar a la brevedad una carrera exitosa.

La advertencia de Pablo

Pablo advirtió de la llegada de otro evangelio y de otro Jesús (2a Cor. 11:14), y advierte que realmente no es otro evangelio, sino una perversión del verdadero evangelio de Jesucristo. Si tú oyes cualquier otro evangelio, dice él, tal predicador sea maldito. En otras palabras, no importa cuán agradable, cuán piadosa o cuán sincera sea la persona, si el mensaje dado no es la muerte del pecado por medio de la cruz de Cristo, el predicador está bajo maldición.

Tiemblo cuando leo en las Escrituras que, en los últimos días, Satanás entrará en la iglesia de forma encubierta. El diablo tomará a ministros que, en un tiempo, tenían el toque de Dios y los transformará en agentes suyos, para que se conviertan en sus herramientas de engaño.

Esto es aterrador. Tales falsos obreros se hacen pasar como apóstoles de Cristo. No es maravilla, pues aun Satanás se transforma en «ángel de luz». Por tanto, no es de sorprenderse si los ministros también fingen ser siervos de justicia, cuyo fin será conforme a sus obras.

Pablo dijo que ellos se gloriarían en la carne, en su grandeza, en sus números y en su relevancia. Se jactan de ser modernos, diciendo que hay un evangelio fuera de moda, que ya no satisface las necesidades humanas. Ellos se glorían en la aceptación del mundo. Jesús advirtió: «Guardaos de los falsos profetas que vienen a vosotros con vestido de oveja, pero por dentro son lobos rapaces» (Mat. 7:15). El contexto de esa advertencia es: «Porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan» (7:14).

Pablo llama a estar alertas de los lobos que dirán que, en realidad, la puerta no es tan estrecha, después de todo. Ellos vienen y fingen ser ovejas sumisas. Jesús puso su dedo sobre la llaga: la ambición de ellos. En el griego, la expresión se refiere a hombres «hambrientos por el reconocimiento y rápida gratificación».

En la actualidad, podemos ver a un pastor que ha trabajado por años en un lugar, y no ha visto el crecimiento que esperaba. Pero un joven con un evangelio de prosperidad llega allí, y dentro de poco tiempo tiene una mega iglesia, donde la gente se aglomera, porque hay diversión.

He estado en algunos de esos lugares. Es un evangelio de entretenimiento, que no tiene ninguna convicción de pecado. Allí no se habla a los pecadores sobre el arrepentimiento, el quebrantamiento y la cruz. El nombre de Jesús es mencionado, pero Pablo dice que ese es otro evangelio y otro Jesús.

Que cada pastor oiga esta advertencia: En el momento que comiences a considerar la «competencia», aquella semilla comenzará a germinar en tu corazón. Satanás pondrá en tu camino a un lobo vestido con piel de oveja, alguien que intentará seducirte hacia una ambición impía, para lograr un crecimiento de la iglesia a cualquier precio. Sin embargo, la verdad es que eso puede costarte tu alma.

Lo que produce el evangelio de la prosperidad

  1. Es el acomodamiento del amor del hombre por el placer

«También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hombres amadores de sí mismos … amadores de los deleites más que de Dios» (2a Tim. 3:1-4).

La palabra griega para «deleite» significa «sensual, codicioso, voluptuoso, excitante, gratificante, placentero». Si te mueves hacia este tipo de predicación, deberás acomodar la codicia y la sensualidad de las personas pues ellas no van a renunciar a aquello. A menos que sean confrontados con la verdad del evangelio de Jesucristo, tendrás que acomodar ese deseo por el placer que se encuentra impregnado en el estilo de vida norteamericano.

Quedé horrorizado al leer un artículo en el New York Times. Un pastor dijo: «La conducta sexual inapropiada no hace automáticamente inmoral a un líder. La moralidad debe ser también medida por otros indicadores, tales como la valentía, la preocupación por los pobres, el fomentar la paz mundial, manejar la economía responsablemente y fomentar la igualdad racial. La heterosexualidad y el homosexualismo son meramente expresiones culturales».

Dios dijo que hombres que predican doctrinas como éstas resisten a la verdad, son hombres de mente corrupta falsificando la verdad.

Viendo un programa televisado, un domingo por la noche, en una de esas iglesias «buscadoras amigables», casi no podía creerlo. En una iglesia apretujada, ante miles de personas, el pastor dijo: «Esta es una noche divertida». Un joven predicador dio su monólogo. Después mostraron diez de las cosas más aburridas que hacen los adolescentes durante la predicación. La congregación enloquecía. Después del servicio, el pastor anunció con descaro lo siguiente: «Aquí no estamos para ofender a nadie, sino para hacer de la iglesia algo agradable para todos». Yo lloré.

¿Cuánto tiempo crees que esa audiencia permanecería en ese lugar si el pastor, compungido por entretener a la gente en su camino al infierno, de repente hubiera predicado un mensaje titulado: «De seguro, tu pecado te alcanzará»? ¿Cuántos regresarían si se hubiera predicado acerca de una vida santa y de separación del mundo? Dos cosas, de seguro, hubieran sucedido: 1) Todos los que estaban hambrientos y no conocían algo mejor, llorarían y correrían al altar. 2) Aquellos que estaban cegados por sus placeres hubieran huido para nunca más regresar.

Mantengo esto en mi mente y ante mis ojos, debido a que cada ministro del evangelio, un día tendrá que rendir cuenta frente al Señor. Él les dirá: «Hijo de hombre, te puse por atalaya. Debiste escuchar las palabras de mi boca y advertirles. Debiste haberle dicho al impío: ‘De cierto morirás’; pero no le amonestaste para que se convirtiera de su impiedad y salvara su vida. Esos impíos murieron en sus pecados, pero su sangre demandaré de tus manos».

  1. Este evangelio acomoda la aversión del hombre a la auto-negación.

El evangelio de Jesucristo es un evangelio de auto-negación. «Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame» (Mat. 16:24). La auto-negación no es algo que tú das. Es algo a lo que tú renuncias: la renuncia de ti mismo, renunciando a todo lo que tú eres. Es presentar tu cuerpo en sacrificio vivo, santo y agradable al Señor, que es nuestro culto racional.

Dios tiene todo el derecho de decirle a su iglesia: «Si esperas darme tu cuerpo, tu cuerpo resucitado por toda la eternidad, yo tengo todo el derecho –es razonable de mi parte– de pedirte tu cuerpo mientras estás en esta tierra. Quiero cada parte de ti, quiero que seas mío». El evangelio que predicamos debe traer a las personas bajo la posesión total de Jesucristo. De otro modo, es un evangelio acomodaticio.

El evangelio «buscador amigable» se acomoda al cuerpo; el cuerpo humano le pertenece. Lo que vemos en los Estados Unidos es un neognosticismo en donde tú tomas a tu cuerpo por un lado y haces lo que deseas con él en tanto que tu espíritu esté bien con Dios. Hay una división de la personalidad. Sin embargo, somos una personalidad y toda ella pertenece a Jesucristo. Este neo-gnosticismo está destruyendo la fe de muchos.

  1. Existe un acomodamiento de la ofensa del hombre por el evangelio

Las Escrituras declaran: «He aquí pongo en Sión… piedra de tropiezo y roca que hace caer». Pablo habló de la ofensa de la cruz. Este es el corazón de la ira de Dios. No somos llamados solo a ir a la cruz, sino a ir a través de la cruz –la experiencia que tuvo Cristo mismo–, muriendo y yendo a la tumba con él, para después ser resucitados a una vida nueva.

Es cruel conducir a los pecadores a la cruz, decirles que son perdonados por la fe y luego dejarlos regresar a sus antiguos hábitos y deseos carnales, sin que experimenten cambio alguno y aún encadenados por el diablo. Si la predicación de la gracia no produce un caminar en justicia, entonces es otro evangelio y otro Jesús.

Horror y temblor

Oí horrorizado a un hombre que asiste a una de las iglesias «buscadoras amigables» más grandes, al ser entrevistado por CBS. Dijo: «Asisto a esta iglesia porque me siento cómodo. Nunca me hacen sentir incómodo. Traigo a mis amigos judíos y nunca he oído algo que digan que los ofenda. Lo mejor es que todo el servicio dura solo una hora».

Medita esto: Tú puedes tener una gran iglesia y ser uno de los grandes, pero eso va a costarte tu alma si predicas solo con el enfoque en las cosas de esta tierra en lugar de las cosas de Dios.

He vivido en Nueva York por 35 años. Hay en la ciudad gente de todos los estilos de vida, desde los más pobres hasta los más ricos. Y veo en la congregación hombres que han salido de las tiendas de pornografía; a un hombre de negocios que comenzó a inhalar cocaína y lo perdió todo, y ahora es un vagabundo; a una jovencita de 14 años que se prostituía en la calle. Ellos vinieron a la iglesia diciendo: «Pastor, necesito salir de esto; necesito ayuda».

No voy a preparar una sátira ridícula y predicar un sermoncito de 15 minutos sobre cómo enfrentar los problemas de la vida a aquellos que están muriendo y se están yendo al infierno. Tiemblo al solo pensarlo.

Vivimos tiempos peligrosos

Muchos no desean oír esto, pero vivimos tiempos peligrosos. Estamos a las puertas de un terrible colapso. Cuando eso suceda, los que predican prosperidad deberán ocultarse, pues sus seguidores dirán: «Tu evangelio me falló». Cuando ese día venga, quiero asirme de Cristo, y que todos aquellos a los que he predicado tengan fe en su poder sustentador, lo conozcan en plenitud y sepan la diferencia entre lo sagrado y lo profano.

Muchos están siendo engañados; si no son despertados, sucederá lo que les advierto hoy. Que Dios sostenga a las iglesias en su propósito original. Él ha mostrado que muchos necesitan oír un evangelio bíblico y miles irán a donde la palabra de Dios es predicada sin concesiones, pero en gracia. Que los que se encuentran desanimados no opten por los atajos, sino que se quebranten y se rindan delante del Señor. Que podamos quitar nuestra mirada del crecimiento y ponerla en una nueva revelación de quién realmente es Jesucristo.

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