Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos. Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe?”.

– Mateo 6:28-30.

Soy un aficionado a la fotografía; disfruto mucho fotografiando la naturaleza. Especialmente hago macrofotografías, es decir, obtengo imágenes de objetos pequeños ampliadas directamente por el objetivo de la cámara (fotografías de acercamiento).

No soy entomólogo, pero disfruto mucho fotografiando pequeños insectos. Con el paso de los años he logrado coleccionar un buen número de imágenes de mariposas de mi país. Cuando las observo a través del visor de mi cámara, me emociono sobremanera. Encuadro, corto brevemente la respiración, enfoco y disparo.

Pero muchas veces, antes de pulsar el obturador y contemplar extasiado cada detalle de lo que voy a fotografiar, al observar sus figuras y formas, sus colores, los diseños de sus alas, la simetría de las mismas, me maravillan tanto la sabiduría, el poder y el amor de Dios que me emociono, respiro aceleradamente y muchas veces termino perdiendo el disparo.

Sí, me maravilla la creación de Dios. Solamente él puede hacer esas cosas, y las hace como una muestra de amor para nosotros. Cuando pienso que para él soy más importante que toda la creación, cuando recuerdo que él me cuida, que me provee y que me sustenta, que hará por mí más de lo que hace por cualquiera de las cosas hermosas que ha creado, no puedo dejar de alabarle y darle las gracias.

A pesar de toda la belleza y majestuosidad de la creación, nosotros valemos mucho más. Por eso, Si Dios sostiene al universo en sus manos y lo sustenta, hará mucho más por nosotros cada día. No se angustie por las cosas que usted necesita, porque Dios sabe cuáles son… ¡y con toda seguridad él hará algo por usted!

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