Agua en el desierto

«Aguas Vivas» ha venido a ser un gran aliciente para todos los que esperábamos la redención de la iglesia del presente siglo malo y su restauración. Ustedes han sido el despertar no sólo de muchos hermanos en Latinoamérica sino también en Estados Unidos. Gloria a Dios que del Cono Sur está levantando su testimonio. Hemos tenido reuniones en diferentes ciudades de México y el hablar de los santos en la revista Aguas Vivas ha sido de gran ayuda para la edificación de las iglesias de la región. En diferentes localidades, los artículos de la revista se leen en reuniones generales y en grupos pequeños por los hogares. Gracias a Dios por todos ustedes.
David Calvo, México.

Jóvenes de Colombia

Estamos agradecidos con el Señor por el ministerio que el Señor les ha concedido en la iglesia en Chile que con sus revistas puedan llevar el mensaje de nuestro Señor a todo el mundo, ya que realmente son aguas vivas tal como el Señor nos prometió en su hermosa Palabra.
Iván Darío Páez Torres, Colombia.

Coisas novas

Primeiramente, quero agradecer a gentileza dos irmãos em me enviar a Revista Aguas Vivas, que tem sido muito útil para meu crescimento espiritual e de meus amigos, pois compartilhamos de suas preciosas lições. Posso afirmar que o Senhor está fazendo algo novo na Sua Igreja. Muitas das revelações que os irmãos tem recebido aí no Chile, aqui no Brasil, também o Senhor tem falado. Coisas novas, temos que nos abrir para essa novidade do Espírito de Deus.
Solange Meri Colzani de Borba · Caxias Do Sul, RS, Brasil.

Descubrimiento

Por medio de la web iglesia.net, he podido contactar con su página. Fue un descubrimiento y una bendición. Me he gozado con muchos de sus trabajos, entre ellos: Legado, Páginas escogidas de las Misiones, Reportajes, etc. Por lo que he leído y he podido ver su web, es una verdadera bendición para el pueblo de Dios, porque ¿puede haber mayor bendición que presentar a Cristo como el todo y para todos? Esto es lo que veo que están haciendo. ¡Gracias hermanos!
Feliciano Briones, Madrid, España.

Por razones de espacio, las cartas han sido resumidas.
Toda bendición procede de Dios; por tanto, toda la gloria es para Dios