Ned Graham, el hijo menor del evangelista Billy Graham, en su búsqueda de liberación y llenura del Espíritu Santo.

Sandra Chambers

Matices de amarillo, naranja y rojo formaban un suave manto de color en la cima de las montañas detrás de la cabaña donde Nelson Edman «Ned» Graham creció como el hijo más joven del predicador Billy Graham y su esposa Ruth. Habiendo retornado a la casa familiar en Montreat, Carolina del Norte, donde él hace visitas periódicas para supervisar el cuidado de sus ancianos padres,1 Ned tiene muchos recuerdos felices de su niñez en esta montaña.

«Mi hogar está definitivamente en las montañas», admite él. «Hay una perspectiva de profundidad y contraste que las montañas ofrecen, así como un sentido de permanencia y belleza».

Y así como las montañas que él ama, Ned ha sido marcado por algunas profundas grietas y oscuras hondonadas. Las fuerzas emocionales y espirituales las formaron, pero a través de la misericordia y la liberación de Dios él ha escapado de sus persistentes sombras de desesperación, depresión, adicción y opresión demoníaca. Él ha surgido con una nueva comprensión del Espíritu Santo y el amor de Dios.

Siendo mucho menor que sus cuatro hermanos, Ned dice que de algunas manera él era como un hijo único. «Debido a que mis hermanos y hermanas eran todos mucho mayores (Virginia, 61; Anne, 58; Ruth, 56; Franklin, 54; y Ned, 49), y mis hermanas se casaron a una edad temprana, yo conseguí pasar más tiempo solo con mis padres».

«Mientras crecía, mi papá y yo siempre teníamos un lazo muy especial. Él siempre me abrazaba y me decía que me amaba por sobre todo. Incluso cuando yo me sentía un fracasado, él me decía cuán orgulloso estaba de mí».

Uno de sus recuerdos más queridos de su temprana niñez era volver al dormitorio de su padre, llamar a la puerta y asomarse para encontrarlo en el teléfono con alguna persona importante, como el presidente, por ejemplo. «Él diría, ‘Espera un momento, Lyndon’, ponía el teléfono en su pecho, y entonces me hacía un gesto para que yo entrara. ¡Eso me decía que yo era más importante que el Presidente de los Estados Unidos! Yo me subía a su cama, feliz de permanecer allí con mi cabeza en su pecho».

«Ned nunca lo admitiría, pero él es el hijo favorito de mi madre», insiste Anne, una de sus hermanas. «Nuestra madre estaba chocha con él. Él era el centro de vida – después de papá, naturalmente – y yo pienso que es una bendición de Dios que Ned sea el único que ha regresado para cuidarlos».

Tal como su hermano Franklin, Ned sufrió en los tumultuosos años de la adolescencia, desplegando su rebelión a través de un amor por los automóviles rápidos, la bebida y las muchachas. Pero a diferencia de Franklin, que abandonó su rebelión tempranamente, Ned luchó durante 30 años con la suya.

La oscuridad invade

«Cuando yo era un niño pequeño, tuve una muy pura y auténtica relación con Dios», dice Ned. «Pero entre los 11 y los 12 años, experimenté dos traumas infantiles de abuso sexual que abrieron la puerta a la aflicción demoníaca».

En la mitad de sus 20 años, él sospechó que estaba siendo afligido demoníacamente, pero decidió no considerarlo porque no sabía bastante sobre eso. También estaba demasiado avergonzado como para traer sobre aquello la atención de alguien en la comunidad evangélica.

Ned no cree que haya estado poseído por el demonio, porque Jesús todavía vivía en su alma. «Había una disonancia en mi vida entre lo que yo me refiero como ‘el Gran Ned’, quien estaba demoníacamente oprimido, y ‘el Pequeño Ned’, quien todavía era espiritualmente agudo», explica.

«Cuando alguien está demoníacamente afligido, no significa que esté espiritualmente incapacitado», enfatiza. «Yo creo que hay muchos buenos cristianos sirviendo hoy en las iglesias, e incluso en posiciones de liderazgo, que son demoníacamente afligidos. Todo lo que usted tiene que hacer es mirar las estadísticas de afición pornográfica y sexual entre pastores y líderes cristianos para verificarlo».

Aunque la familia de Ned no conocía la fuente de su dolor, era obvio para ellos que él estaba batallando espiritualmente. «Lo recuerdo como un niño pequeño», dice Ana. «Él era muy precioso y angelical, pero en sus años adolescentes se volvió muy egoísta y manipulador. … No había ese amor o consagración al Señor».

Después de la escuela secundaria, Ned entró en la Universidad de Judson en Elgin, Illinois. Permaneció un año allí, y entonces se retiró por un año para enseñar escalada en roca y habilidades de supervivencia al aire libre en Carolina del Norte. Durante una ascensión, él se cayó y sufrió lesiones serias. Fue llevado a la Clínica Mayo en Rochester, Minnesota, donde conoció a su primera esposa.

«Yo tenía 20 años y ella 26», dice Ned. «En ese tiempo yo era muy rebelde y adicto a la marihuana y el alcohol, y pensé ingenuamente que yo sabía lo que era el amor y que eso cuidaría de todo».

Tras recuperarse de sus lesiones, Ned asistió a la Universidad de Minnesota al preparatorio para ingresar a la Facultad de Medicina, pero después se transfirió a la Pacific Lutheran University en Seattle, donde egresó en 1986 con un grado en comunicaciones.

Después de su graduación, entró en el Seminario Teológico Fuller y ganó el grado de Master en Teología. Mientras estudiaba allí, él tomó una posición como interno de los ministerios de adultos en la Bible Baptist Church. Esto lo llevó a un pastorado, donde sirvió durante seis años antes que Dios lo llamara en 1992 a establecer East Gates International.

Cuando su primera esposa le solicitó el divorcio en 1998, después de 20 años de matrimonio, Ned dice que él fue empujado más allá del dolor. «Yo soy un escalador y un montañista, y siempre me sobrepuse al dolor pasado en mi vida a través de la pura fuerza de mi voluntad».

Entre aquéllos que fueron un apoyo a Ned durante su divorcio, estaba Christina «Tina» Kuo, quien se había unido al equipo de East Gates International un año antes como directora de entrenamiento. «Christina tenía un gran corazón para China, y ella llegó a ser un gran apoyo a nuestro equipo chino nativo. Nosotros nos hicimos muy buenos amigos cuando viajábamos con nuestro equipo a lo largo de China».

De vuelta a casa, Ned dice que él llevaba a menudo con él a sus dos hijos, Alex y Sam (entonces de 13 y 10 años), y su perro, Pugsley, a la oficina de East Gates. «Sam y Pugsley terminaban de algún modo siempre en la oficina de Christina», dice él. «Un día Sam me preguntó: ‘Papá, si alguna vez decides volver a casarte, ¿considerarías a Tina?’.

«En aquel momento, ésa era la última cosa en mi mente, pero terminé enamorándome de ella e incluso viajé de regreso a Carolina del Norte para buscar el consejo de mi madre. Ruth le dijo: ‘Ned, si tú la amas, sigue tu corazón. Pero asegúrate de que tu corazón está siguiendo a Dios’».

En febrero de 2001, el pedido de Sam se cumplió y Ned y Tina fueron casados por su padre en Montreat. Un año después, Ned y Tina volvieron a las montañas de Carolina del Norte para cuidar de Ruth, que fue hospitalizada de gravedad.

Habiendo trabajado como ayudante de enfermería a lo largo de sus búsquedas educativas, Ned estaba bien calificado para ayudar en el cuidado físico de su madre. Aquello para lo cual él no estaba preparado era la guerra espiritual que tuvo lugar en la montaña. «Cuando tú lo piensas, Satanás no querría nada mejor que atacar a Billy Graham y su familia, como lo prueba su ataque a mí en mi vida temprana».

Aunque Ned se dedicó a cuidar a su madre durante los dos años que él estuvo en Montreat, él dice que todavía estaba luchando con sus propios problemas físicos y espirituales. «Yo había sufrido un desgarro muscular en mi muslo jugando tenis, y recuerdo que Anne me decía que yo estaba como Jacob luchando con Dios».

Cuando Ned y Tina volvieron a Seattle en 2004, la depresión de Ned se agudizó. «Llegué a un punto donde lo abandoné todo», dice él. «Dejé de cuidarme. Ya no me importaba la muerte o la vida, el fracaso o el éxito. Fue en ese punto que Dios pudo actuar recíprocamente conmigo».

Aunque Ned no conocía nada acerca de liberación, a sugerencia de un amigo, él consintió en acudir a un conocido ministro de liberación. El intento por librarlo de su aflicción demoníaca falló, y causó aun más daño a su mente.

Tina dice que al principio ella no se sentía cómoda con la idea. «Y las cosas se pusieron peores después», dice ella. «Cuando tú estimulas el lado oscuro en una persona y no lo resuelves, empeora».

Anne recuerda: «Yo estaba en Seattle en ese tiempo participando en una conferencia. Cuando vi a Ned, él estaba manteniéndose apenas. Pensé que él estaba teniendo un quiebre interior completo, emocionalmente, espiritualmente y mentalmente. Era algo espantoso».

Liberación y libertad

A sugerencia de Tina, Ned empezó a reunirse con un ministro de sanidad interior. Ned dice que él soltó la amargura, la ira y el resentimiento, y le permitió a Jesús traerle sanidad.

Entonces una mañana él supo que había llegado la hora de ser completamente libre. Llamó a dos amigos que habían estado presentes durante sus sesiones curativas, y se pusieron de acuerdo para reunirse en una iglesia. Mientras viajaba por la autopista para encontrarse con ellos, Ned tuvo que detenerse para vomitar varias veces, casi arruinando su automóvil.

«La liberación fue difícil porque lo que me afligió desde la niñez era sumamente poderoso y había toda una jerarquía de demonios» dice él. Pero varias horas después, él estaba riendo y riendo como un niño y alabando a Dios. «Yo era un hombre totalmente diferente», confiesa.

Ned dice que él también fue inmediatamente librado de los vicios que lo habían perturbado durante años, así como algunos problemas de salud física. Ana dice que ella se dio cuenta inmediatamente del cambio cuando él la llamó para contarle de su liberación.

«Su voz era tranquila, firme y clara», recuerda ella. «Y luego cuando lo vi, yo supe que había visto un milagro. Toda esa dulzura del niño pequeño estaba brillando con madurez, carácter, gracia y fuerza».

En ese momento, Tina estaba en un viaje a China, así que Ned pasó las próximas semanas solo, leyendo la Palabra de Dios y estudiando sobre el Espíritu Santo y la guerra espiritual. Aproximadamente en la tercera semana, en su estudio, él dice que él estaba orando cuando Dios le dio de pronto una oración en lenguas que lo ha fortalecido en su vida de oración.

«Ahora Ned tiene una conexión directa al Señor», dice Tina, «y oye mucho más. Cuando él fue atormentado, estaba demasiado afligido para escuchar al Señor. Ahora cuando enfrenta desafíos, no intenta eludirlos. Se arrodilla, entra en la Palabra, y ora en lenguas», un regalo que Tina dice que ella también ha recibido.

«Mis padres no podían ayudar, pero notaron los cambios positivos en mí», agrega Ned. «Mi madre entiende totalmente lo que yo he pasado». Cuando se le preguntó por los cambios que ella ha visto en su hijo, Ruth dijo: «Ned ha estado mucho más reflexivo y atento, y él muestra más del Espíritu de Dios».

Aunque Ned describe este período de su jornada espiritual como «saliendo del evangelicalismo y reconociendo y aceptando el poder del Espíritu Santo», él dice no ser un «cristiano carismático»; más bien, él se ve como «un simple seguidor de Jesús».

«Efesios 3:14-4:16 nos dice que los dones serán usados para glorificar a Dios, edificar el cuerpo de Cristo, y para unirnos, no para separar o establecer distinciones entre nosotros», dice Ned. «Dios no creó las denominaciones. El hombre lo hizo».

Reflexionando en cómo Dios ha trabajado en su vida, Ned enfatiza: «La relación de cada persona con Dios es única. Yo lo sé, porque Jesús y el Espíritu Santo han trabajado singularmente en mi corazón y en mi alma para curar y para soldar juntos al niño pequeño que yo era en el hombre que soy ahora y en el hombre que todavía estoy siendo transformado».

Adaptado de Charisma, Mayo 2007. Traducido del inglés