Palabra clave: Servicio / Versículo clave 10:45.

Tradicionalmente, Marcos está conectado a Pedro, quien abrió la puerta de la fe para los romanos (Hech. 12:12). Este es el evangelio de las obras de Cristo (Hech. 10:38). Escrito para los romanos, cuyo lema era «Poder», el evangelio de Marcos exhibe la omnipotencia del poderoso Obrador de Milagros y, luego, la omnipotencia del amor, en el sublime milagro de su pasión y resurrección. El símbolo de este evangelio es el becerro o buey sacrificial, primeramente arando, en el servicio, y después en el altar, como sacrificio.

La idea predominante de este evangelio es el poder divino, ministrando al hombre y, al mismo tiempo, testificando la veracidad de la reivindicación de Cristo como el Hijo de Dios. Por lo tanto, en el evangelio de Marcos, los milagros son más prominentes que las parábolas o los discursos.

Después de una breve introducción, Marcos comienza de inmediato a relatar las poderosas obras de Cristo (1:28). Por lo menos 22 de sus más extraordinarios milagros son registrados detalladamente. En diez ocasiones, él agrega declaraciones generales, sin entrar en particularidades (1:34). Casi la mitad de los capítulos de este libro terminan con alguna recapitulación detallada de Su ministerio de poder (ver capítulos 1, 2, 4, 6, 7, 10, 16). Note especialmente la propia conclusión del libro.

En este evangelio, nuevamente, la Transfiguración está en el centro. En tanto Mateo la enfatiza como revelación de la majestad del Rey y la gloria del Reino, Marcos, de forma característica, agrega «con poder» (comparar Mateo 16:28; Marcos 9:1). Después de esta revelación del poder divino de Cristo, los milagros pasan a segundo plano, siendo registrados solo tres de ellos.

Marcos no registra la genealogía ni algún pasaje del nacimiento de Cristo, pues él no se detiene en el hecho de que Cristo sea descendiente de Abraham o de Adán. Él presenta al Hijo de Dios como Siervo, tanto de Dios como del hombre, el levita ideal, ministrando delante del altar y, luego, entregándose sobre el altar, completando así su servicio con el auto-sacrificio.

Divisiones:

1. Mar. 1:1-1:20 Introducción: el precursor, el bautismo, la tentación.
2. Mar. 1:21-8:38 Su ministerio milagroso.
3. Mar. 9:1-16:20 Desde la transfiguración a la ascensión.