Una mirada a los principales temas que ocupan al mundo en los días que corren.

El desarrollo de las comunicaciones permite que circulen por el mundo las más variadas y abundantes informaciones, la mayoría de las cuales tienden a satisfacer a un público ávido de lo curioso y espectacular. Sin embargo, en este espacio procuramos atender aquellas que marcan tendencias y tienen una influencia mundial.

El hambre y el cambio climático

Tal es el caso de las advertencias hechas recientemente (abril 2008) por el actual presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, quien instó a una acción global coordinada frente a los elevados precios de los alimentos que, junto con el encarecimiento de la energía, amenazan con desestabilizar a 33 países en el mundo. «Los precios de los alimentos básicos han aumentado 80% desde 2005», destacó Zoellick, quien recordó que sólo el mes pasado los precios del arroz marcaron el índice más alto de los últimos 19 años, y los del trigo, la mayor cotización en 28 años.

Esta tendencia beneficia a algunos agricultores, pero supone también una enorme carga para los habitantes más vulnerables del planeta, como los niños. «El Banco Mundial calcula que 33 países alrededor del mundo afrontan la posibilidad de malestar social o político debido a los elevados precios de los alimentos y la energía», afirmó, agregando que «Las circunstancias demográficas, el cambio en las dietas, los precios de la energía y los biocombustibles, y el cambio climático, sugieren que los elevados y volátiles precios de los alimentos seguirán ahí durante los años venideros».

Ante esa situación, Zoellik solicitó establecer lo que describió como un «Nuevo Acuerdo para una Política Alimentaria Global», que debería concentrarse no sólo en el hambre, la malnutrición y el acceso a los alimentos, sino en otros factores como las interconexiones de esos precios con la energía o el cambio climático. «La política alimentaria necesita atraer la atención de los políticos, porque ningún país o grupo puede hacer frente a esos desafíos interconectados», insistió. Recomendó empezar por ayudar a aquellos cuyas necesidades son inmediatas, y mencionó que el programa alimentario de Naciones Unidas necesita al menos 500 millones de dólares de suministros alimenticios adicionales para responder a situaciones de emergencia.

Reorientación de los recursos

En su propuesta, Zoellick pidió que los fondos soberanos –vehículos financieros controlados por los gobiernos– inviertan una pequeña parte de sus recursos en África.

En medio de ese panorama cambiante, insistió en la necesidad de «contrarrestar las amenazas inmediatas» y construir una globalización que ofrezca más fuentes de crecimiento e innovación». En una de las frases para recordar, Zoellick dijo: «En el mundo de hoy, mientras muchos buscan llenar de gasolina los estanques de sus carros, otros muchos luchan por tan solo llenar sus estómagos».

El discurso de Zoellik en un hotel de la capital estadounidense, llega en vísperas de la reunión de primavera del Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), que se celebrará a mediados de abril en Washington, y en medio de una gran incertidumbre económica mundial.

Graeme Wheeler, director gerente del Banco Mundial, alertó también acerca de las posibles consecuencias devastadoras de la subida simultánea del petróleo y los precios de los alimentos en el mundo en desarrollo.

Wheeler señaló en un foro sobre la volatilidad de los precios del crudo, que el encarecimiento de la energía ha aumentado los costos de los fertilizantes y el transporte y alentado la producción de biocombustibles.

Mencionó que una cuarta parte de las cosechas de maíz, que representan el 10 por ciento de la producción global, se destinó a la producción de biocombustibles el año pasado. «Al igual que los más pobres del planeta son los más expuestos a los efectos del cambio climático, también son muy vulnerables a los efectos de los incrementos en los precios de los combustibles y los alimentos», afirmó Wheeler en su discurso.

Wheeler hizo un llamamiento a una globalización más justa y destacó que ésta sólo será sostenible si genera oportunidades y ventajas para todo el mundo.

Recordó que más de mil millones de personas viven con menos de un dólar diario. «Un mundo en el que un gran porcentaje de la población sigue atrapado en la pobreza extrema (…) representa un costo inaceptable en sufrimiento humano, pérdidas económicas y tensión política y tiene importantes repercusiones para la seguridad», concluyó.

Teherán y su programa atómico

En contraste con las preocupaciones acerca del hambre, nos encontramos con la amenazante actitud de las autoridades iraníes en su persistente propósito de desarrollar su potencial nuclear, hecho que provoca gran preocupación internacional. Hasta aquí, las resoluciones de Naciones Unidas y las sanciones de la comunidad internacional no han hecho mella en el régimen iraní, que prosigue sin pausa su plan para enriquecer uranio, proceso en el que Occidente ve asomar la amenaza del armamento nuclear.

El 08 de abril recién pasado, durante la celebración del Día Nacional de la Tecnología Nuclear, el presidente Mahmud Ahmadineyad, anunció con una puesta en escena épica y rodeado de defensas antiaéreas, en la ciudad de Natanz, el comienzo de la instalación de 6.000 nuevas centrifugadoras, que se sumarán a las 3.000 ya instaladas. El cuarto exportador mundial de crudo que dice necesitar la tecnología nuclear para producir electricidad y dotarse de los medios para hacer frente a futuras necesidades energéticas.

Washington y algunas capitales europeas reaccionaron con preocupación y hablaron de un potencial desencadenamiento de nuevas sanciones.

Las reacciones de Occidente al anuncio de Ahmadineyad fueron instantáneas, como corresponde a lo que se percibe como un nuevo gesto de desafío. «El Gobierno iraní sigue violando las numerosas resoluciones adoptadas por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, y cada decisión que toma, aísla a su pueblo y le expone a nuevas sanciones internacionales, financieras y diplomáticas», comentó un portavoz de la Casa Blanca.

Dentro de una semana está prevista una nueva ronda de negociaciones entre Irán y los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad (Estados Unidos, Rusia, Reino Unido, Francia y China) y Alemania para analizar el estado de la cuestión y considerar la posibilidad de ofrecer algún incentivo más a Teherán si abandona el motivo de las sanciones.

Londres hizo sentir su frustración con las noticias llegadas de Natanz, interpretando el hecho como una «burla», mientras Bernard Kouchner, jefe de la diplomacia francesa, hablaba en París de preocupación y de la necesaria vigilancia. «Me temo que tendremos que seguir por el camino de las sanciones si no recibimos una respuesta de los iraníes», dijo.

Simulacro en Israel

Por su parte Israel, conciente de las continuas amenazas de sus vecinos árabes, y particularmente de Irán, se mantiene alerta ante posibles nuevos ataques a su territorio. Las tensiones de oriente medio siempre están presentes en la agenda internacional, pues al parecer, la estabilidad mundial siempre estará influida por los acontecimientos en esta parte del mundo.

Las sirenas, pésimo síntoma en Israel, salvo las que anuncian el shabat, sonaron a las 10.00 hrs. del 08 de Abril de 2008 durante 90 segundos y 1.700.000 personas corrieron a los refugios y a los puestos de mando. Los alumnos de todo el país, miembros del Gobierno, las autoridades municipales y el Comando de la Retaguardia del Ejército llevaron a cabo el mayor simulacro de ataque militar contra el país en sus 60 años de historia.

Los ejercicios, en ciudades y pueblos a lo largo de todo Israel, emulan las situaciones más catastróficas: una lluvia de misiles, el rescate de civiles en edificios derruidos, la destrucción de plantas industriales y la ingestión de sustancias nocivas, evacuación a hospitales de víctimas de armas químicas. La Autoridad Nacional de Emergencia, un organismo recién creado, se reunió por primera vez, y se emitió un programa de televisión para explicar cómo reaccionar ante una agresión de esa naturaleza.

Las maniobras son también un mensaje a sus adversarios. En las últimas semanas, los dirigentes políticos hebreos lanzaron amenazas estremecedoras. El viceministro de Defensa, Matan Vilnai, habló de causar un holocausto a los palestinos si no cesa el lanzamiento de cohetes, y el ministro de Infraestructuras, Benjamín Ben Eliezer, declaró que: «La realidad del futuro será mucho peor que la que conocemos… No habrá un lugar en el país que no esté al alcance de los misiles de Siria y Hezbolá… Irán no se apresurará a atacarnos porque es consciente de que ello significará la destrucción de su país. No quedaría una piedra en pie».

Pese a todas las alarmas, los israelíes reducen el tremendismo. Y tampoco cuadran las palabras de Ben Eliezer con las de los jefes militares, que se jactan de que el sistema antimisiles Arrows es capaz de detener cualquier proyectil de largo alcance.

Casi nadie cree que vaya a emerger este escenario dantesco. Como apuntan varios analistas, más bien se trata de un intento del Gobierno por cubrirse las espaldas y demostrar que se han aprendido las lecciones de la guerra del verano de 2006 contra Hezbolá, cuando la milicia chií libanesa disparó más de 4.000 cohetes sobre el norte de Israel y obligó a cientos de miles de personas a pasar unas vacaciones forzadas en el sur o permanecer durante un mes en refugios inmundos.

El Parlamento Europeo pide a la UE boicotear los Juegos Olímpicos

En los días del cierre de esta edición, Los Juegos Olímpicos de Beijing han sido noticia de portada en periódicos de todo el mundo. ¿Las razones? No estrictamente deportivas, sino políticas.

La actitud del gobierno chino en relación al Tíbet ha traído inmensas repercusiones que amenazan con empañar definitivamente la gesta deportiva mundial. Cientos de manifestaciones en todo el mundo, en especial, en los países por donde recorre la llama olímpica han sido como una estampida de nieve, con cada vez mayor número de adherentes.

Al cierre de esta edición, el Parlamento Europeo instaba a los líderes de la Unión Europea (UE) a boicotear la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Beijing, si China se niega a dialogar con el Dalai Lama sobre la situación en el Tíbet.

En una resolución aprobada por amplia mayoría con 580 votos a favor, 24 en contra y 45 abstenciones, los eurodiputados urgieron «una posición europea común en lo que concierne a la presencia de los jefes de Estados y de gobierno» en las celebraciones de los juegos.

También pidieron que el boicot sea considerado en el caso de que las autoridades chinas no reanuden el diálogo con el líder espiritual a fin de alcanzar «un acuerdo político global que incluya una solución viable para la autonomía cultural y política de Tíbet».

«Este no es ataque contra los Juegos, más bien una defensa del espíritu de los Juegos», sostuvo el diputado liberal británico Graham Watson. El PE instó, además, «una investigación abierta e independiente, bajo el auspicio de Naciones Unidas, sobre los disturbios y la represión que se han producido recientemente en el Tíbet».

No obstante, los gobiernos de los 27 países del bloque están divididos, con España, Portugal y Suecia apoyando la postura de la presidencia y el Ejecutivo, mientras Alemania y Reino Unido ya declararon que no tomarán parte en ninguna ceremonia olímpica en China.

Por su parte, el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, contempla no asistir a la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos en Beijing, el próximo 8 de agosto, por «problemas de agenda». «El secretario general quizás no podrá asistir debido a problemas de agenda», dijo la vocera de la ONU, Marie Okabe, aunque agregó que la decisión final se anunciará más adelante.

El anuncio sobre la posible ausencia de Ban en Beijing es vista como una medida de presión para que China dialogue con el líder espiritual del Tíbet, Dalai Lama sobre la situación en el Tíbet, tema que ha originado protestas durante el recorrido de la antorcha olímpica.

El Papa en Estados Unidos

En el plano estrictamente religioso, destaca la visita del papa Benedicto XVI a Estados Unidos. El propósito es evidentemente estratégico, pues el Vaticano ve con alarma cómo los católicos pierden presencia ante el crecimiento de los evangélicos.

En un apretado programa que incluye una reunión con el presidente Bush, un discurso ante la ONU, encuentros interreligiosos y eclesiales, Benedicto XVI se propone dedicar algunos importantes momentos para «abrazar espiritualmente a todos los católicos que viven en Estados Unidos».

Los protestantes han sido siempre la religión mayoritaria en Estados Unidos, representando un 51,3 por ciento de la población, pero la rama evangélica del protestantismo (bautistas, pentecostales, adventistas) ha alcanzado el 26,3%, superando así a los católicos, según un informe publicado recientemente por el Pew Forum of Religion and Public Life.

Un segundo propósito de esta visita es afianzar las relaciones y evitar recelos con los judíos. En la preparación del viaje, la Santa Sede ha tenido en cuenta que la mayor comunidad judía se encuentra en Estados Unidos, con cerca de 5,2 millones, y Benedicto XVI aprovechará la ocasión para limar las últimas asperezas surgidas en las relaciones.

Los dos encuentros programados con organizaciones judías aspiran a rebajar las tensiones surgidas después de que instituciones judías denunciaran que el Vaticano les quería despreciar y discriminar con la reinstauración y nueva formulación de la oración en latín del Viernes Santo, en la que se reza por ellos.

Benedicto XVI cambió en esta oración la frase en la que se pedía por la «conversión del pueblo judío» –que tantas críticas había originado– por un que «ilumine sus corazones para que reconozcan a Jesucristo Salvador de todos los hombres». Pero tampoco esto aplacó todas las críticas.

El Vaticano emitió hace unos días un comunicado en el que aseguraba que con esta oración la Iglesia católica «no ha querido, de ninguna manera, manifestar un cambio en el comportamiento respecto a los judíos». El rabino de Roma, Riccardo Di Segni, consideró que el comunicado del Vaticano es «muy bonito», pero lo que esperan oír es que la Iglesia no reza por la conversión de los judíos. Es casi una sutileza, que la Iglesia de Roma deberá resolver por la vía diplomática.

Así marcha nuestro mundo real – más allá de las distracciones mediáticas del arte, la música, los deportes. Y entre éstos, hay problemas y situaciones que exceden la capacidad humana para ser resueltas.