«Tengo algunas quejas contra Dios»

Hay personas que dicen cosas duras contra Dios.  Hay quienes tienen la peor opinión de Dios.  Unos son ateos, pero otros no lo son.  Pueden creer que de verdad Dios existe,  pero tienen muchas quejas contra Él.  Veamos algunas de ellas:

Dios elige a algunos hombres para salvación y a otros para condenación.  Ellos acusan a Dios de salvar y de condenar a su antojo a los hombres.  Sin embargo, el Señor Jesús dijo: “Al que a mí viene, yo no le echo fuera.” El apóstol Pablo dijo: “Todo aquel que invocare el nombre  del Señor, será salvo.” El que se condena, se condena por su propia responsabilidad.  Cada hombre es responsable, sea de amar a Dios, o de odiarle.

Teniendo poder para evitarlo, Dios permite la injusticia en el mundo.  Dios es acusado de los males que hay en el mundo, de las guerras, y de toda forma de abuso o injusticia.  Sin embargo, esta es una acusación gratuita.  Dios hizo al hombre libre,  dotado de una clara inteligencia,  de una voluntad libre.  Él observa desde los cielos  lo que el hombre hace con el mundo,  cómo adminsitra lo que Él puso en sus manos.

Cristo promueve la aceptación de la injusticia en el mundo con la ingenua esperanza de una recompensa futura.  Muchos culpan a Cristo de crear entre los pobres “falsas ilusiones”, de promover la resignación ante la injusticia  bajo el expediente  de una recompensa futura.  Dicen, por ejemplo: “No hay Dios que haga justicia;  sólo existe la ley del más fuerte.” El Señor Jesús vivió de tal forma que demostró que la vida del hombre no consiste  en los bienes que posee,  ni en sus regalías presentes.  La verdadera vida es la vida del espíritu,  que se puede disfrutar  en cualquier medio y circunstancia.  El Señor dijo que su reino no era de este mundo.  ¡Y los que le aman dicen lo mismo!

En este mundo impera el mal,  y gobierna Satanás.  Pero llegará el día en que Dios juzgará a los hombres,  y entonces le dará a cada uno  conforme a sus obras.  Nadie quedará impune de ni un solo pecado.  Toda injusticia será castigada.  ¡En aquel día, los que hicieron abuso de su prójimo darán cuenta!  Y en aquel día, los que sufrieron,  gozarán eternamente.  Toda lágrima de ellos será enjugada,  y no conocerán más la tristeza.  Así que, ¿de qué injusticia habla usted?  La justicia se hará – le pese a quien le pese.

Cristo dijo que volvería; pero han pasado casi dos mil años y no ha cumplido su promesa.  Es cierto. Muchos cristianos han muerto  después de haber esperado toda su vida que Cristo volviera. “Ello –dicen– ha generado falsas expectativas en las personas”, que descuidan su vida presente por una incierta vida futura.  La Palabra de Dios, (previendo esto),  dice que en los postreros tiempos vendrían burladores diciendo: “¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación” (2 Ped.3:4).  ¿Por qué no ha venido Él aún?  Porque la paciencia de Dios  espera aún por usted.  Esta tendencia a hablar mal de Dios irá todavía en aumento.  Pero oiga esto:  Vendrá el día en que los hombres pagarán por las cosas duras que han hablado contra Dios (Judas 15-16).  ¿Qué dirá usted a partir de ahora?  ¿Dirá también cosas duras contra Dios?  ¿No ha visto la benignidad del Señor?  ¿No sabe acaso que Él le ha amado tanto,  que dio a su amado Hijo Jesucristo para que muriera en la cruz?

Si usted conociera su espléndido y gran amor,  ya no tendría quejas contra él.  ¡Tendría sólo alabanzas!