Diecisiete es el número de la perfección espiritual. Es la suma de dos números perfectos: diez y siete, y es un número primo, es decir, no es múltiplo de otros números. Los siete primeros números primos son: 1, 3, 5, 7, 11, 13 y 17.

Romanos 8 da el resumen de las 17 bendiciones de los que se identifican con Cristo en su muerte y resurrección, por la fe. Entre ellas existe una serie de siete y una de diez. Hay siete partes en la pregunta: «¿Quién nos apartará?» (v. 35); y diez partes en la contestación (vs. 38, 39). Esta es la perfección del orden espiritual y del poder de Dios, y es la perfección espiritual y eterna de la posición del creyente en Cristo.

Parece que cuando se emplean siete y diez juntos, el diez pesa más que el siete. En 2 Crónicas 2, Salomón pidió un obrero de siete capacidades, pero Hiram le envió un experto de diez oficios.

Hebreos 12 expone un contraste entre el antiguo pacto, marcado con siete características (vers. 19, 20), y el nuevo pacto, marcado con diez características (vs. 22-24).

El Salmo 83:6-11 nombra diez enemigos de Israel, y siete enemigos que Dios ya había destruido; pidiendo que los diez sean destruidos así como los siete. Diecisiete veces aparecen ángeles en los cuatro Evangelios y Hechos.

En el Día de Pentecostés se hablaron 17 lenguas, el día del descenso del Espíritu Santo.

Hay 17 oraciones de Jeremías en los 30 primeros capítulos de su libro, luego silencio.

Palabras empleadas 17 veces: charisma, don (siempre un don de Dios); kethab, Escritura, 17 veces en el Antiguo Testamento; ágape, amor, 17 veces en 1ª Juan; aphiesis, remisión, 17 veces en el Nuevo Testamento. Esta es una palabra muy notable, pero a nadie se le remiten sus pecados si rechaza a Jesucristo. En esta dispensación de la gracia divina, Dios es benigno, paciente y longánime, queriendo que todos los hombres se salven.

Tomado de «Manual de Interpretación Bíblica», E. Hartill.