Me atrevo a decir que es posible, para aquellos que de hecho atraen el poder de la liberación y victoria del Señor, vivir la vida según como las promesas de él se van presentando a nosotros, para descubrir que ellas son verdaderas.

Es posible, diariamente, echar toda ansiedad sobre él y estar en paz en medio de la presión. Es posible ver la voluntad de Dios en todo y entender eso, tal como alguien dice, ya no más como un suspiro, sino como una canción.

Es posible, en el mundo íntimo de actos y gestos, dejar de lado y hacer que se deje de lado, diariamente y a cada hora, toda amargura, e ira, y rabia, y calumnia.

Es posible, por medio de un recurso sin reservas de poder divino y bajo condiciones divinas, tornarse más fuerte –completamente– en nuestro punto débil; encontrar que la cosa que ayer perturbaba todas nuestras obligaciones en cuanto a la resignación, o a la pureza, o a la humildad, es una oportunidad hoy, por medio del que nos ama y trabaja en nosotros, para una jubilosa rendición a su voluntad y una deleitosa consciencia de su presencia y poder anulador del pecado.

Hay cosas que son divinamente posibles.

Handley C. G. Moule (1841-1920)