Internet

Gracias por enviarme la revista. Junto a hermanos de Estados Unidos y México, con los cuales tengo comunión vía Internet, estamos muy agradecidos del Señor, por su amor para con nosotros, y también por tener acceso a la página Aguas Vivas de forma gratuita, bajando los audios y todo lo que el Señor está hablando a la iglesia por medio de ustedes, y también en cada lugar de reunión donde se alaba el nombre del Señor con corazón sincero. Muchísimas gracias a todos los hermanos. Espero pronto tener la dicha de poder visitarles y conocerles personalmente.

Alejandra Sepúlveda (España).

Un oasis

Quiero agradecerles el envío de la revista Aguas Vivas. Gracias a quienes hacen posible el envío, y también a cada uno de los escritores de los artículos que, sin duda, son de gran edificación a quienes servimos en una congregación. Siempre es como un oasis en el desierto, y sobre todo con mucha destreza, cada artículo es planteado de manera fiel y apegada a las Escrituras.

Alfonso Herrera (México).

Comunión

Los tiempos de comunión que disfrutamos junto a los hermanos de Chile estarán siempre en nuestros corazones porque marcaron nuestras vidas de manera gloriosa. Cada vez que nos llega la revista Aguas Vivas agradecemos a Dios por su fidelidad, edición tras edición. Nosotros continuamos contribuyendo con la extensión del reino de Dios en nuestra amada isla y viendo a Dios obrar de manera preciosa. Estamos deseosos de volver a verlos y disfrutar juntos al Señor. Los recordamos llenos de cariño y nostalgia.

Leo y Ana (Cuba).

Canciones

Buscando, en Internet, canciones que nos permitan acercarnos a Dios, llegamos a la página de Aguas Vivas. Me fue de mucha bendición. Luego encontré el himnario, fotocopiamos las canciones y las repartimos a los hermanos para que las aprendieran. Ahora tendremos más para edificar parte del cuerpo de Cristo por estos lugares, almas necesitadas del Salvador. Gracias por estar firmes en la fe, dando frutos que llegan hasta aquí.

David La Madrid Romero (Bolivia).

Toda bendición procede de Dios; por tanto, toda la gloria es para Dios.