Siembra

La Paz de Dios repose sobre usted y sobre todos los santos en Chile y los que editan la revista. Que la sabiduría de lo alto colme sus vidas para seguir adelante con tan hermoso ministerio de semillas divinas para el crecimiento de la Vida eterna en cada uno de Sus hijos. Que Dios riegue constantemente lo que ustedes han sembrado en nosotros para juntos llegar a ser la Gran Cosecha del fin del siglo que Dios espera ver en sus hijos, hermanos del Primogénito Hijo, Jesús el Cristo, nuestro Señor. Muchas Gracias. Que Dios os supla con sus riquezas en gloria.

Samuel Silva Sandoval – Malambo, Atlántico (Colombia).

Ríos

La revista realmente ha sido un correr de ríos de aguas vivas en nuestro corazón, y en el de aquellos a quienes se los he compartido. Es una enorme bendición poder leer lo que otros hermanos (santos de la iglesia) escriben bajo la dirección del Espíritu Santo. Lo que ellos comparten de Dios realmente nos bendice como familia, pues dentro de cada artículo y enseñanza impreso, el tema principal es Cristo Jesús. Mis queridos hermanos, una vez más gracias a Dios por sus vidas, y porque Él no nos ha dejado ni siquiera por un instante de la hermosa vida que nos ha regalado. Tengo un gozo enorme por saludarlos de nuevo a la distancia en el amor de Cristo.

Gerzon Yáñez Porraz (México).

Gracias

Necesitaba desde hace mucho tiempo darles las gracias por esta bella iniciativa, lamento que algunos no aprecien el hermoso tesoro que guardan sus páginas. La publicación que ustedes reparten me ha instado a buscar más en las Escrituras y por lo tanto les rogaría que no dejen de enviármela.

Abner Bustos Zelada.

Bendición

Gracias a la abundante misericordia de nuestro Señor Jesús, que puso en sus corazones redactar esta revista Aguas Vivas, que ha sido y es de mucha bendición para mi vida y para muchos hermanos que estamos viviendo en otros países. La gracia de nuestro Señor Jesucristo se derrame en abundancia en sus vidas.

Vilma Bellido, Kenilworth, NJ, USA.

Por razones de espacio, las cartas han sido resumidas.
Toda bendición procede de Dios; por tanto, toda la gloria es para Dios