Claves para el estudio de la Palabra.

Palabra clave: Amado · Versículo clave: 7:3.

En esta «canción matrimonial», el misterio de Cristo y la Iglesia parece ser tipificado por un diálogo entre el novio y la novia (compare con Ef. 5:25-32). El cuadragésimo quinto Salmo, «cántico de amor», trata brevemente del mismo tema, de la misma manera, y es la clave para el libro de Cantares. El matrimonio es la figura favorita por la cual los profetas y los apóstoles representan la relación de Jehová con Su pueblo (compare con Is. 62:5, Jer. 3; Ez. 16).

Las partes de este diálogo nupcial, o canto antifonal, son Salomón, príncipe de Paz, y la Sulamita, «la que busca la Paz», nombres que corresponderían a Julio y Julia, o Francisco y Francisca. Sulamita no es sólo femenino, es colectivo, pues la iglesia es un cuerpo colectivo. Por eso la frecuencia de uso del plural «nosotros» como en 1:4. Aunque morena por la exposición del sol tropical, ella es bella a sus ojos, por eso él la llama su amor. Ella fue hecha para él, y el corazón de ella no descansa, como una paloma errante, hasta descansar en él.

Las transiciones del diálogo pueden ser seguidas por el cambio de los nombres, y por el sentido. La interpretación tipológica es la única natural y satisfactoria. El amor matrimonial es un tipo de la afectuosa, íntima, confidencial y exclusiva unión entre Cristo y aquellos que creen. El pensamiento constante y el elogio de la novia para con el novio sugieren la devoción del discípulo a su Señor, mientras que el tierno amor del novio sugiere la gracia inefable del Señor, que amó a la Iglesia y se dio a sí mismo por ella, que la santifica y purifica, nutre y protege, y finalmente se la presenta a sí mismo. Un estudio más acabado puede encontrar en este poema las etapas sucesivas del crecimiento del creyente en conocimiento, amor y alegría, desde el primer gozo en Jesús, en el beso reconciliatorio, hasta el éxtasis de saber que él se agrada del discípulo.

El orden y sucesión de los libros es sugerente. En Eclesiastés, el hombre encuentra su alma muy grande para que el mundo pueda alimentar y saciar, todo es vanidad, no hay provecho bajo el sol. En Cantares, el hombre, mirando más allá del sol, halla en Dios no sólo aquello que llena su alma, sino también algo que no puede ser contenido. El mar llena la taza, pero la taza no puede contener el mar. Y de la vanidad llegamos a la verdad.

Sería útil no usar la antigua división en capítulos y dividir este diálogo en 6 secciones, comenzando respectivamente en 1:2; 2:7; 3:6; 5:2; 6:10 y 8:5.

DIVISIONES

1) Cant. 1:1. Título.
2) Cant. 1:2- 5:1. La novia en la cámara del Rey, la visita de él, el sueño de ella, el matrimonio real.
3) Cant. 5:2-8:14. La esposa del Rey, la búsqueda y el encuentro, el regreso a casa, etc.

Tomado de «Chaves para o estudo da Palabra».