Esta palabra que parece un trabalenguas, es el verbo griego que aparece en la carta de Pablo a los efesios en el 1:10 y que se traduce como “reunir” en la Biblia Reina-Valera 1960 y 1995.

“Anakefalaiosasthai” es la palabra clave en la carta a la hora de entender el misterio de la voluntad de Dios: “Dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo, de reunir (anakefalaiosasthai) todas las cosas en Cristo…”. El Interlineal prefiere traducir como “recapitular” y otras versiones como “resumir”.

Lo que pasa con el término “anakefalaiosasthai” es que su significado no puede ser contenido en una sola palabra. Tanto “reunir” como “recapitular” quedan cortas a la hora de expresar su significado. Veamos. Desde el punto de vista etimológico “anakefalaiosasthai” es una palabra compuesta por la preposición “ana” y el término “kefalaion”. Esta última se deriva de la palabra griega “kefalé” que significa “cabeza”. El prefijo “ana”, por su parte, describe la dirección que tiene la acción del verbo: De abajo hacia arriba. Por lo tanto, la idea central de la etimología del verbo “anakefalaiosasthai” es “poner por cabeza” o “levantar como cabeza”. En definitiva, “anakefalaiosasthai” es de aquellos términos que es mejor traducir con una frase que con una sola palabra. De hecho, así lo hacen las versiones más modernas: La versión “Dios llega al hombre” traduce así: “Y este designio consiste en que Dios ha querido unir bajo el mando de Cristo todas las cosas…”. La Biblia Jerusalén dice así: “hacer que todo tenga a Cristo por cabeza”. La NVI “El camino a la luz” lo dice de la siguiente manera: “para unir todas las cosas en el cielo y en la tierra bajo una cabeza, Cristo”.

Pero, ¿qué significa que todas las cosas tengan a Cristo por cabeza? A la luz de la revelación que aporta la carta de Pablo a los Colosenses, escrita en el mismo tiempo y paralela (1) a la carta a los Efesios, podemos entender aún más cabalmente el significado de la palabra “anakefalaiosasthai”. En efecto, para el apóstol Pablo el propósito de Dios no consiste solamente en que todas las cosas queden bajo la autoridad de Cristo, sino que, de manera más gloriosa todavía, Cristo sea el todo y en todos (Col. 3:11). En otras palabras, “reunir todas las cosas en Cristo” significa en su sentido pleno que “todas las cosas” finalmente llegarán a ser Cristo para la iglesia. El apóstol Pedro en su segunda carta dice que “todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder” (1:3). Luego, menciona, en una especie de escala de crecimiento, algunas de estas cosas: Fe, virtud, conocimiento, dominio propio, paciencia, piedad, afecto fraternal y amor (1:5-7). Pues bien, según Pablo, el propósito de Dios es que todas estas cosas lleguen a ser finalmente para la iglesia, no cosas o dones de Cristo, sino Cristo mismo. La fe no es una cosa, sino una Persona: Cristo; Él, es nuestra virtud, conocimiento, paciencia, etc. Él es el todo del hombre; él es “todas las cosas” para su iglesia (Juan 14:6; 11:25; 6:35; 8:12; 1Co. 1:30; Col. 3:4; 1Tm. 1:1). Este era el misterio de su voluntad.

Desde esta perspectiva, los verbos “recapitular” y “resumir” se pueden aceptar si se entienden de la siguiente manera: Lo que Pablo quiere decir con la palabra “anakefalaiosasthai” es que Dios se había propuesto que todas las cosas en el cielo y en la tierra, se “sinteticen” y se “resuman” en una persona, Cristo. “Todas las cosas”, resumidas en una sola palabra, son Cristo. Él es la suma de todas las cosas. Amén.

 1 La carta a los Colosenses es para la carta a los Efesios lo que Gálatas es para la carta a los Romanos.