Profecías que se están cumpliendo en estos días

Del discurso que hizo el Señor en Mateo 24; Marcos 13; Lucas 17 y 21,  podemos extraer unas 18 ó 19 señales de su venida, que tendrán su perfecto cumplimiento en los días de la Tribulación y de la Gran Tribulación; no obstante esto, veremos que el mundo está avanzando hacia ese objetivo hoy, y que estas señales tienen un cumplimiento preliminar en nuestros propios días, porque ya estamos muy cerca de la «Venida del Hijo del Hombre». De éstas desarrollaremos algunas en forma muy escueta:

La vida mundanal

La gente estará comiendo, bebiendo, casándose y dándose en casamiento (Mt. 24:38). El verdadero sentido del original griego no es «casándose y dándose en casamiento», sino que dice que la gente andará teniendo como una de sus principales motivaciones el placer sexual. Dentro de este contexto, la aparición de una plaga tan terrible como el Sida viene a ser la justa consecuencia del extravío del hombre (Rom.1:27). El drama es aún mayor cuando esta temida enfermedad (aún sin cura) se ha traspasado a tantas víctimas inocentes.

El hambre… y pestilencias, alborotos, amor frío, multiplicación de la maldad

Todas estas señales van de la mano con el hambre (Mt. 24:7, 12; Mr. 13:8; Lc. 21:11). Si investigamos algo de las hambrunas que ha habido, al menos en las últimas décadas del siglo XX, hallaremos datos muy fuertes (*).

Junio 1980, la UNICEF predice que 20 millones de africanos están amenazados por el hambre. Octubre 1983, la FAO denuncia que 22 países de Africa se enfrentan a una catastrófica escasez de alimentos. Octubre 1984, se aumenta la ayuda a Etiopía y se le envía alimentos. Julio 1985, se efectúa un Festival Mundial de Rock en Filadelfia, USA, para ir en ayuda de los países afectados por el hambre. Marzo 1991, Etiopía, millones de personas tienen miedo al hambre. Mayo 1991, Etiopía, se predice que 1,2 millones de personas pasarán hambre en las próximas semanas. Diciembre 1991, Somalía, Estados Unidos llega con ayuda para paliar el hambre que está matando la población. 1995, Sierra Leona, se extiende el hambre. 1995, Corea del Norte, la ONU dice que el hambre se extiende y está empeorando. 1997, Corea del Norte, el hambre amenaza a 8 millones de personas. Agosto 31 de 1999, se informa: «Seúl, Corea. Cuatro años de hambruna en Corea del Norte disminuyeron algo tras la muerte de unos 3,5 millones de habitantes, pero podría volver a empeorar si se interrumpe la ayuda externa».

Muchos podrían culpar a Dios, diciendo que Él es el responsable de todo. Pero el Salmo 104:10-15 dice que Dios riega los montes para que la tierra produzca su fruto y sustente la vida del hombre y de las bestias. El Salmo 145:15-17 dice que Dios da la comida a su tiempo, y que abre su mano y colma de bendición a todo ser viviente, porque es justo y misericordioso.

¿Qué es lo que ha pasado entonces, si por mandato de Dios, los árboles producen semilla, las sementeras jamás acaban, en las aguas hay peces, en el cielo aves y en la tierra animales para que el hombre se alimente?

En 1997 se hizo un foro en  Ciudad de México, una de las ciudades más pobladas del planeta, con 4 millones que padecen hambre. En una carta abierta a un candidato a gobernador, un sacerdote denunció que, pese que la producción de alimentos en el mundo es suficiente, aún no se ha logrado solucionar el problema del hambre. Y recuerda que en la Reunión Mundial realizada un par de años atrás en Río de Janeiro, se dijo que el mundo estaba produciendo alimentos para 13 mil millones de personas, cuando la población mundial recién alcanza a los 6 mil millones.

¿Por qué, entonces, no se resuelve el problema de la desnutrición y las hambrunas? ¡Porque millones y millones de toneladas de alimentos son arrojadas al mar para evitar que bajen sus precios en el mercado!  El hombre, olvidándose de su Creador, ha preferido apegarse al dios de este siglo, y le incita a tener más y más riquezas, sin importarle que se produzcan muertes por millones.

Y con el hambre se multiplica la maldad; hay alborotos, pestes, y el amor de muchos se ha vuelto frío, como se ha evidenciado, todo ello con saldo de muchas muertes.

Terremotos (Mt. 24:7; Mr. 13:8; Lc. 21:11).

Nosotros podemos considerar este fenómeno de los terremotos como algo natural, u ocasionado por la mano del hombre al permitir la emisión de partículas contaminantes que influyen en el peso de la atmósfera (y aun buscar otras explicaciones), pero al mirar las Escrituras nos damos cuenta de que no es así. Esto estaba predicho hace ya casi 2000 años, y si estamos cerca del retorno de nuestro Señor Jesucristo, necesariamente debe haber un incremento de esta manifestación. Los datos que las estadísticas arrojan son impresionantes:

En el siglo XIX hubo apenas 9 terremotos, contra 228 en el siglo XX. ¿Será un problema de anotaciones? Aun concediendo que no se hayan registrado en el siglo XIX todos los terremotos que hubo, la diferencia es asombrosa.

Y hay más: Si examinamos la frecuencia de los terremotos en el recién pasado siglo XX, podemos ver que década a década aumentan. En la primera década hubo 19; en la del «10 hubo 13; en la del «20, 19; en la del «30, 23; en la del «40, 12; en la del «50, 12; en la del «60, 16; en la del «70, 28; en la del «80, 31; y en la del «90, 55 terremotos.

Guerras (Mt. 24:6-7a)

Se dice que en la historia ha habido más de 14.000 guerras. Que en los últimos 300 años se han celebrado más de 8.000 tratados de paz, todos los cuales no han permanecido vigentes más de 2 años, en promedio. Son muchas las guerras que ha habido en todo el siglo XX, y conocido por todos han sido las dos Guerras Mundiales. Si miramos los registros de las últimas décadas, tenemos que: En los años 60 había 5 lugares que estaban en guerra; en los 70, 11 lugares; en la década del 80, 6; y en la década del 90, 10. En estos mismos días se viene saliendo de un gran conflicto de Irak con la ONU; otro en Yugoslavia; estamos siendo testigos de lo que pasa entre Rusia y Chechenia. También vemos cómo persiste la guerrilla en Colombia, después de tantos años. En fin, hay levantamientos de etnias, insurrecciones de pueblos contra sus gobernantes, caos y duras amenazas. Creemos que esta es una más de las profecías cumplidas en este tiempo.

Por otro lado, los gobernantes y líderes religiosos mundiales hablan de paz; sin embargo, se preparan para la guerra. Todas las grandes naciones han estado probando en estos últimos 2 años «misiles de largo alcance», los llamados «intercontinentales». Además, han vuelto a surgir las antiguas amenazas verbales entre oriente y occidente. Nos preguntamos: ¿Qué pasa con el hombre que no puede vivir en paz? ¿De qué han servido las guerras anteriores? ¿Por qué debe haber devastaciones?. Interrogantes profundas y serias, que una víctima del holocausto judío de la Segunda Guerra Mundial trató de responder, diciendo: «Los hombres han nacido con el instinto de destruir, matar, asesinar y devorar. Hasta que toda la humanidad, sin excepción, no sufra un enorme cambio, la guerra imperará….»  Ese enorme cambio a que se refería Ana Frank, no es posible con la mano del hombre. Se necesita algo que no sea de aquí abajo. Uno que venga desde lo alto. Y es eso lo que esperamos, el retorno de Jesucristo, el Rey de reyes y Señor de señores, que ha de venir a reinar a la tierra con justicia y equidad.

Predicación del Evangelio (Mt. 24:14; Mr. 13:10)

Hace varios años se pudo ver que en medio oriente, entre los paralelos 10 y 40 de latitud Norte, se ubica la mitad de la población mundial -unos 3.000 millones-, gran parte de ellos sin evangelizar. Allí hay, al menos tres grandes religiones sin Cristo: el Islamismo, el Budismo y el Hinduismo. Para alcanzar esta zona, que se denominó «La Ventana 10/40», se creó en 1988, un ministerio evangelístico mundial. En 1993 se hizo un llamado para interceder, y para predicar allí el evangelio. La labor ha sido ardua. Al año 1995 se informó que había disminuido en un porcentaje. Recientemente en noviembre de 1999, agencias misioneras norteamericanas han hecho un solemne llamado a todos los latinos que quieran ir a predicar a la ventana 10/40 en este año 2000, a los cuales se les dará la debida preparación. Este «es un llamado a una invasión con el evangelio y dispuesto a todo por causa del Señor». La Palabra del Señor está siendo predicada en todo el mundo.

Israel (Mt.24:28; Ez.37:1-14)

La nación de Israel ocupa un lugar especial dentro del cuerpo profético de las Escrituras. La profecía del «cuerpo muerto», según coinciden muchos comentaristas bíblicos, está referida a esta nación. El pueblo judío, al término de la Segunda Guerra Mundial, fue ayudado por Gran Bretaña para formar el Estado de Israel. Pero ellos, aun de antes, se habían estado congregando en torno a su tierra. A fines del siglo XIX se reintrodujo el idioma hebreo en Palestina y se compuso el himno nacional judío; se vio nacer la bandera y se realizaron grandes proclamas. Todo eso trajo como fruto, con el paso de los años, que en 1948 se formara el Estado de Israel, debidamente reconocido por las demás naciones.

Estas dos fases: La reunión de los judíos a su tierra y la formación del estado de Israel corresponde a dos partes de la visión de Ezequiel «del valle de los huesos secos». Los huesos son reunidos, y a los huesos se agregaron los tendones, la carne y la piel. Está pendiente aún un tercer elemento en la profecía de Ezequiel: debe entrar en ellos «espíritu» para que reciban «vida». Los judíos aún no creen en el Señor Jesús como el Mesías, por eso ellos aún son un «cuerpo muerto». Cuando el Señor Jesús se manifieste en Gloria y Majestad, entonces este cuerpo muerto recibirá vida, porque mirarán al que desecharon en su primera venida, y verán a Jesús como el que siempre ha sido: «el Verdadero Mesías».

¡Pero nosotros, los creyentes, ya estaremos con el Señor, porque el arrebatamiento habrá ocurrido antes!

Ciento veintiséis profecías anunciaron la primera venida del Señor Jesús, y todas se cumplieron. Muchas profecías hay de su Segunda Venida, pero sin ninguna duda, todas se cumplirán igualmente. Porque la Palabra de Dios es Verdad. La suma de su Palabra es Verdad (Salmo 119:160).

Hoy, como nunca antes en la historia, se reúnen las condiciones para que el Señor Jesucristo venga. No es que se cumpla una u otra profecía en forma aislada, no. Hoy vemos una conjunción de profecías cumpliéndose. Hace 150 años atrás, no teníamos la cantidad de terremotos que hay ahora. Hace 100 años atrás el mundo no estaba en condiciones, y el evangelio tenía muchas menos posibilidades de ser predicado a todo el mundo. Israel no estaba en condiciones hace 70 ó 60 años atrás, pero hoy sí lo está.

El Señor Jesús ya viene desde los cielos. No esperemos más señales, porque ya están todas cumpliéndose. Es necesario creer en el Señor Jesucristo hoy. Es preciso recibirle y ser salvos de esta perversa generación.

* Los datos mencionados en este artículo han sido tomados de: «Crónicas del Siglo XX», de Zeta Multimedia, «Enciclopedia Larousse», «Enciclopedia Encarta» 1999, de Microsoft Corporation, y «El Diario Austral» de Temuco.