Claves para el estudio de la Palabra.

Palabra clave: Salvación · Versículo clave 53:5.

El testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía. Este es el Cántico de Cristo, mostrando los grandes hechos y asuntos de su vida y obra, desde su cuna a su corona. El corazón del Antiguo Testamento es el quincuagésimo tercer capítulo, donde se nos muestra al Siervo del Señor cargando sobre sí nuestros pecados. Cada gran verdad del evangelio es anticipada en esta profecía. Fecha: 759-710 a. C.

Isaías es llamado el Profeta evangélico. La parte histórica contiene sugerencias sobre la gloria del Mesías; nacimiento virginal; carácter multiforme. Compare con Isaías 6; 7:14; 9:6, 7; 11:1, 10; 28:16; 32:2. Pero en el capítulo 40 hay una transición abrupta de la parte histórica a la parte profética y mesiánica. Sigue entonces la descripción más completa del Antiguo Testamento sobre la persona y misión del Mesías, su humillación y exaltación.

Los primeros cinco versículos del capítulo 40 forman el embrión de los 27 capítulos. El primer mensaje de Dios para un pueblo pecador y sufriente fue de aliento: Él perdonó sus pecados. Pero el perdón no es todo. Un mensajero (Juan el Bautista) viene para preparar el camino del Señor y entonces se seguirá una nueva revelación de su gloria y todos la verán. Aquí se encuentra reconciliación y encarnación, completa revelación y evangelización universal. La muerte de Cristo está tan claramente predicha en el capítulo 53 que la única salida encontrada por Bolingbroke para escapar de la fuerza de las evidencias fue argumentar que Jesús provocó su propia crucifixión a través de una serie de medidas preestablecidas, simplemente para dar a sus discípulos el triunfo de una profecía cumplida.

Los veinte y siete capítulos forman un majestuoso poema mesiánico, dividido en tres libros. El primero y el segundo terminan con el solemne refrán: «No hay paz para los malos, dijo Jehová», y el tercero expresa el mismo pensamiento en forma más completa: «… porque su gusano nunca morirá, ni su fuego se apagará, y serán abominables a todo hombre». Cada libro consta de tres secciones de tres capítulos que casi coinciden con las divisiones en nuestras Biblias.

El quincuagésimo tercer capítulo es de hecho el capítulo central del libro de este majestuoso poema profético, el corazón de los escritos proféticos del Antiguo Testamento. Y el versículo central de este capítulo central contiene la verdad central del evangelio: «Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados».

DIVISIONES:

1) Isaías 1-39 Cronológico e histórico.
2) Isaías 40-66 El cántico del Mesías.

Tomado de «Chaves para o estudo da Palabra».