No perdidos, sino dados

Un joven soldado, herido en una batalla, oía al cirujano hablarle tiernamente: “Usted va a quedar bien, hijo. Lo único malo, es que usted perdió una pierna”. Pero, dice con dificultad el soldado: “Yo no la perdí; yo la di”. Profundamente tocada por tal experiencia, una joven misionera que había sido hecha prisionera durante la Segunda Guerra Mundial en un campo de concentración, escribió en su Diario: “Los mejores años de mi vida no están perdidos, sino fueron dados al Señor. Dados, no a una organización, no a una causa, ni siquiera al campo misionero, ¡sino a Él! Por tanto, es justo que él me ponga aparte si lo quisiera. Tal vez él realmente querrá los años restantes, tal vez no, pero ¿no puedo confiar en su sabiduría y su misericordia?
“À Maturidade”

Atrapado por unas piedrecillas

Los nativos de Indonesia tienen una buena fórmula para atrapar monos en la selva. Ellos saben que los monos no se separan nunca de aquello que quieren, aunque les cueste su libertad. En uno de los extremos de un coco hacen un agujero más o menos del tamaño como para que el mono pueda meter su garra adentro. Después meten dentro del coco unas piedrecillas y se ocultan entre las malezas con una red.
Tarde o temprano, movido por la curiosidad, se acerca un mono, que agarra el coco, lo sacude, y para ver qué hay dentro, mete la garra por el agujero. Entonces palpa hasta tocar la piedrecita, pero cuando quiere sacarla, se da cuenta que no puede sacar la garra sin soltar la piedrecita.
Como el mono no suelta la piedrecita, resulta muy fácil atraparlo.
Así también, hay personas que por aferrarse a unas cuantas piedrecitas dentro de un coco, no pueden ser libres.
El Contrabandista de Dios

Bien hablada

Un niño le dijo una vez a su madre:
– Mamá, tú nunca hablas mal de nadie. Hasta serías capaz de hablar bien de Satanás.
– Bueno, hijo, bien podríamos imitar su perseverancia.
200 anécdotas e ilustraciones por D.L. Moody

El común denominador

¿Qué cualidad admirable es común a los titíes, los siamangs, los caballitos de mar y las jacanas? Aquí tienes las pistas. Los titíes son monos del tamaño de las ardillas. Los siamangs son miembros de las familias de los simios. Los caballitos de mar en realidad no son caballos. Y las jacanas son pequeñas aves zancudas, a las que a veces se les llama “trotadoras de los lirios” porque sus largas patas les permiten caminar por el agua sobre las hojas flotantes de los lirios de agua.
Se te acabó el tiempo. He aquí la respuesta que busco: el macho de cada una de estas especies cuida a las crías. Me gustaría que se pudiera decir lo mismo de todos los padres cristianos sobre el cuidado espiritual de sus hijos.”
MRD II, en Nuestro Pan Diario