El ministerio de todos los santos

En países grandes y no suficientemente evangelizados, como China y Rusia, parece que Dios está desarrollando una estrategia nueva y sorprendente: movilizar a la multitud incontable de miembros del cuerpo de Cristo que parecen no tienen función definida, y realizar a través de ellos su obra. En tales lugares no dan abasto los ‘ministros’ convencionales, por lo cual Dios está ocupando a los más pequeños para predicar el evangelio, para establecer iglesias y aún para edificarlas.

El tema de este número de Aguas Vivas es «el ministerio de todos los santos». El asunto no es nuevo, pues tuvo sus primeros destellos siglos atrás cuando se pretendió recuperar el sacerdocio de todos los creyentes. Sin embargo, aquello que en teoría fue unánimemente aceptado y creído dista mucho de ser una realidad. No hay aún un efectivo «sacerdocio de todos los santos», como tampoco hay un verdadero «ministerio de todos los santos». Las causas son diversas, y muchas de ellas se esconden en los pliegues recónditos de una cristiandad demasiado estratificada.

Pero ahora vemos que Dios toma la iniciativa en recuperar el modelo bíblico (por lo que no es una ‘estrategia nueva’). Al revisar atentamente el libro de los Hechos de los Apóstoles comprobamos que la primera gran expansión del evangelio en el mundo romano no se debió al trabajo de los Doce, ni de otros apóstoles, sino al trabajo de toda la iglesia de Jerusalén que fue dispersada con motivo de la muerte de Esteban – y a los incontables y anónimos creyentes que fueron evangelizados por ellos y que llevaron la semilla aún más allá del mundo conocido.

Tal modelo parece estar resurgiendo ante nuestros ojos, pese a nuestras férreas estructuras y deplorable tradición cristiana, que centra todo el quehacer de la iglesia en unos pocos más dotados. Va a ser necesario poner a todos a servir para poder alcanzar a los millones de personas que aún no conocen al Señor, antes que aparezca nuestro Señor en las nubes.

Rogamos al Señor Jesucristo que esta revista ayude a muchos hijos de Dios a reformular su visión, y a sumarse a los que ya se están poniendo en pie para servir.

TEMA DE PORTADA
Gracia, tribulación y gloria
El pasillo de la tribulación nos lleva de la habitación de la gracia a la habitación de la gloria.
Dana Congdon
Un sacrificio de amor
El ministerio de Cristo –y el ministerio de todos los santos– es un sacrificio de amor por los demás.
Juvenal Santos
La cruz en la reedificación de la Casa
El principio que gobierna la reedificación de la iglesia y la recuperación de todo de parte de Dios, es la cruz.
Rodrigo Abarca
El servicio de los ministros y el de la iglesia
Los ministros están para equipar a los santos, para que luego ellos hagan la obra del ministerio y edifiquen la iglesia.
Marcelo Díaz
El gozo en el servicio
El gozo del cristiano radica en la misión cumplida según la perfecta voluntad de Dios.
Roberto Sáez
El libro de memoria
Nada del servicio prestado a Dios queda sin recompensa.
Eliseo Apablaza

LEGADO
El vaso corporativo
Una exposición sobre la iglesia como cuerpo y sobre el servicio de los miembros.
T. Austin-Sparks
El servicio de cada miembro
Un conocimiento específico de Cristo constituye un ministerio específico en el servicio del cuerpo de Cristo.
Watchman Nee
Varón de dolores
Una mirada a los sufrimientos de Cristo – y de los que son de Cristo.
James Stalker

ESPIGANDO EN LA HISTORIA DE LA IGLESIA
El joven rico que se hizo pobre
Semblanza de Charles T. Studd.
Los Hermanos Unidos
Testigos de la unidad de la Iglesia.
Rodrigo Abarca

ESTUDIO BÍBLICO
Bosquejo de Salmos
A.T. Pierson
Viendo a Cristo en la crisis de la iglesia
Estudio de la 2ª Epístola a Timoteo. Stephen Kaung
Símbolos y tipos del Antiguo Testamento
A. B. Simpson
Los nombres de Cristo
Maestro.
Harry Foster

FAMILIA
La vida hogareña de los mártires

¿Cómo fueron los hogares de los grandes hombres y mujeres de Dios del pasado?
D. Kenaston

SECCIONES FIJAS
Bocadillos de la mesa del Rey
Citas escogidas
Joyas de inspiración
Cosas viejas y cosas nuevas
Maravillas de Dios
Historias

POEMA
Se necesita con urgencia
T. Austin-Sparks

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