En muchas ocasiones hemos escuchado la expresión: “Vivir como pajaritos”. La connotación que tiene esta frase dentro de la cultura popular se relaciona con la idea de vivir sin responsabilidades, sin preocuparse por nada. En nuestra sociedad, esto es considerado como algo negativo, pues, el hombre debe preocuparse y asumir responsabilidades frente a la vida. Asuntos como trabajar y así poder adquirir lo necesario (o tal vez más de lo necesario) para alimentarnos y vestirnos, resultan acciones encomiables.

Miremos con detenimiento dicha expresión a la luz de las palabras de nuestro Señor Jesús, registradas en Mateo 6:26: “Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?”.

Vivir como pajaritos no significa ausencia de responsabilidad, por el contrario. Dios no les lleva a las aves el alimento al nido. Ellas salen en busca del sustento que Dios les ha preparado y, a través de las capacidades que el Creador les ha otorgado, pueden ir y recoger lo necesario al lugar correcto. Por lo tanto, la vida de las aves no es una vida irresponsable.

El tema central aquí es la preocupación por las cosas materiales y no la irresponsabilidad u holgazanería. Las aves no se preocupan, sólo salen en busca de la comida que, ellas lo saben, ha sido preparada para ese día. Ellas salen, van a buscarla, pero confiando en que la encontrarán pues, conocen a su Creador. La vida de las aves es una vida de dependencia absoluta, de espera confiada, de no preocupación.

Esto es un gran ejemplo para nosotros, pues, siempre estamos afanados por las cosas que están por venir y no sabemos descansar en Dios con respecto a nuestros planes y proyectos. Seamos como los pajarillos, confiemos en nuestro Dios y Padre, quien conoce nuestro corazón y sabe de qué tenemos necesidad. Él nos proveerá lo necesario y nos dirá también dónde y cómo. Aprendamos a conocerle y confiaremos mucho más en él. Sólo busquemos su reino y su voluntad y esperemos en él.

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