…porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús».

– Efesios 2:10.

Es muy interesante que la palabra griega que en este versículo se traduce como ‘hechura’, sea poíema. Esta palabra griega significa ‘aquello que ha sido hecho una obra de artesanía’, o ‘algo compuesto como un poema’. Evidentemente, es la misma palabra que ha pasado al castellano – y con el mismo significado de «poema».

En el Nuevo Testamento esta palabra aparece solo dos veces más. En Romanos 1:20 y en Hebreos 12:27, en ambas ocasiones se traduce como ‘cosas hechas’, refiriéndose a la creación. De manera que la única vez que se refiere a la iglesia es ésta de Efesios 2:10.

Indudablemente, el sentido original de poíema va más allá de ser meras ‘hechuras’ de Dios. Va más allá, incluso, del sentido de poíema aplicado a la naturaleza o al hombre. Como alguien ha dicho: «Los cielos, la tierra y el hombre creados por Dios, no son su obra maestra; en realidad, la obra maestra de Dios es la iglesia, el cuerpo de Cristo».

Cuando en Proverbios 8:31 dice: «Me regocijo en la parte habitable de su tierra; y mis delicias son con los hijos de los hombres» está sobreponiendo al hombre con respecto a la creación. Pero aquí hay una nueva sobreposición. No es solo con respecto a la creación que la iglesia es superior, sino con respecto al hombre mismo. La iglesia –evidentemente Efesios se refiere a ella– está compuesta de hombres y mujeres, pero es más que eso. Es la nueva creación de hombres y mujeres en Cristo, puesto que la anterior creación cayó.

Cuando en Efesios 2:15 dice: «Para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre» está diciendo exactamente esto: Dios ha creado en Cristo una nueva realidad – un verdadero poema, una obra maestra. Por eso lo reitera, al usar primero la palabra ‘crear’, y luego la palabra ‘nuevo’. ‘Crear’ (gr. ktisis) significa fundar, establecer, hacer, generalmente en el sentido de ‘hacer algo de la nada’ (como en Romanos 1:20). Esto se explica con la utilización del término ‘nuevo’ (gr.kainos), que significa ‘nuevo en calidad’, para diferenciarlo de neos, que es ‘nuevo en tiempo’. Kainos quiere decir algo totalmente distinto, original, fresco (como en Gálatas 6:15: «una nueva creación»).

Cristo no sólo creó a la iglesia como una realidad nueva (como lo hizo con Adán y Eva), sino que esa creación surgió de su muerte en la cruz. Para hacer lo primero, Dios tuvo que modelar barro con sus manos; para hacer esto segundo, Cristo tuvo que morir.

La iglesia es, pues, obra maestra de Dios. Por eso el Señor dijo: «Yo edificaré mi iglesia» (Nótese que en Génesis 2:22 respecto de la creación de Eva, dice literalmente: «Dios … edificó una mujer»). No le es dado al hombre el crear nada, solo Dios, el supremo Artesano, puede componer este poema maravilloso que es la iglesia.

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