La película que tuvo a todo el mundo hablando de Cristo.

La película comenzó a hacer noticia mucho antes de que estuviera en cartelera. En octubre de 2003 se reportaba que el actor Jim Caviezel, quien personifica a Jesús, había sido golpeado por un rayo mientras participaba del rodaje, pero sin recibir heridas mayores. Algunos testigos dijeron haber visto fuego a ambos lados de la cabeza y luz alrededor del actor 1.

Ya en cartelera, la película hizo noticia de diversas maneras: en Estados Unidos, Brasil y Venezuela murieron sendos espectadores por ataques al corazón; en los países árabes el filme ha tenido una insólita aceptación (Un cineasta de los Emiratos Árabes Unidos dijo: «Cualquier cosa que los judíos digan que es mala, es interesante en esta parte del mundo») 2, entre los evangélicos ha sido mayoritariamente aplaudida – siendo una película de marcado sesgo católico; y también por las millonarias ganancias que les ha reportado a los realizadores del filme. Se estima que las ganancias netas podrían sobrepasar los 300 millones de dólares, 115 millones por la exhibición en salas de cine, más otros 200 millones por ventas de video 3.

Dos líneas de discusión

Estos son algunos de los coletazos noticiosos provocados indirectamente. Pero hablando estrictamente, la película misma ha despertado polémica, al menos por dos razones: por su supuesto antisemitismo y por su excesiva violencia. El “Daily News” de Nueva York, en su primer comentario resumió muy bien este doble juicio, al caracterizar la película como «una obra antisemita» con violencia «grotesca y salvaje en cámara lenta» 4.

Ya antes de su estreno en Estados Unidos, los judíos habían hecho declaraciones públicas para advertir acerca de su supuesto contenido antisemita. El estreno en Nueva York fue recibido por manifestantes judíos vestidos con uniformes de campos de concentración. El rabino Avi Weiss, presidente de una agrupación judía, señaló que la obra no tenía «absolutamente ningún mensaje teológico positivo». Por su parte, el rabino Bernhard H. Rosenberg, de la Congregación Beth El, del estado de Nueva Jersey, dijo que Gibson sólo buscaba un beneficio económico: «Las salas estarán llenas y también sus bolsillos», aseveró 5.

La otra polémica –referida al tema de la violencia– también ha sido fuerte. Algunos analistas han denunciado “la potente crudeza y violencia de algunas sangrientas imágenes, que rayan en el sadomasoquismo”. Otros la han etiquetado como “la versión (de la pasión de Cristo) más violenta jamás filmada” 6. Alguien ha parodiado el nombre del film con otro más sugerente: “La masacre de Cristo”. Y aún otro ha hablado de una «visión morbosa del sufrimiento corporal de Jesús».

Mel Gibson, director y productor del film, ha estado en el ojo del huracán. Con anterioridad, él había señalado: «Es la primera vez que siento una furia de tal grado sobre mi persona. Incluso, antes de que terminara el rodaje, los cañones volaban en el cielo apuntándome y luego la cinta fue prejuzgada y condenada aun antes de que la editara” 7. Previendo las dificultades aun mayores que podría enfrentar, sometió su obra al examen de expertos durante la filmación y durante la edición, aceptando algunas sugerencias 8, y compartiendo también de alguna manera las responsabilidades.

El diario Los Ángeles Times advirtió en una artículo de primera página que la película dividiría a la gente. Y así ha sido, en efecto. El crítico literario chileno José Miguel Ibáñez Langlois resume esto de la siguiente manera: “Cristianos y no cristianos tienden a ver dos películas distintas en la misma pantalla … Al cristiano le hace sentir el «gran precio» que pagó Cristo por nuestro rescate, y para todo nuestro mundo hedonista es como una bofetada en el rostro” 9.

La película

La película aparece rodeada de varias peculiaridades que le han dado un atractivo especial. Su creador es un exitoso actor, a la vez que devoto católico, convertido a la fe después de atravesar por una grave crisis existencial. Según Gibson ha confesado, cuando él estaba al borde del suicidio, halló refugio y consuelo en la lectura de los evangelios. Entonces concibió la idea de hacer una película sobre los sufrimientos de Cristo.

Luego de una preparación de 12 años, en que leyó, investigó, y se hizo asesorar por expertos, acometió la tarea de hacer una película distinta a todas cuantas se habían hecho. Para empezar, es la única que se ha filmado usando los idiomas originales, en este caso dos lenguas muertas, el arameo y el latín. Y el primer actor –Jim Caviezel– es un actor atípico en Hollywood  10.

La idea de Gibson era reconstruir con el mayor realismo posible las últimas 12 horas de Cristo hasta su muerte en la cruz. «Quería que fuera fuerte», dijo. «Quería empujar al espectador al borde, para que viera la inmensidad del sacrificio, que viera a alguien que fuera capaz de soportar eso y así y todo sobreponerse con amor y perdón» 11.

Evidentemente, Gibson logró hacer la película más realista y conmovedora sobre la pasión de Cristo que jamás se haya filmado, y también ha logrado empujar a los espectadores “al borde”; sin embargo, se puede cuestionar que para lograrlo haya debido recurrir a fuentes extrabíblicas.

Fuentes extrabíblicas

Aunque muchos connotados cristianos han destacado que la película se apega estrictamente al registro bíblico, no es tan así. Hay varios elementos que no aparecen en los evangelios. ¿De dónde los tomó Gibson? Samuele Bacchiocchi, profesor jubilado de Teología de la Andrews University, en su artículo “La masacre de Cristo, de Mel Gibson” hace referencia a las fuentes que Gibson habría utilizado. Según él, estas fuentes son dos obras escritas por monjas místicas: “La Ciudad de Dios”, de María de Agreda (1602-1665), y “La dolorosa pasión de nuestro Señor y Salvador Jesucristo”, de Anna Catherine Emmerich (1774-1824) 12. Gibson habría reconocido públicamente que estos dos libros le habían proporcionado muchos detalles que no están en los evangelios. Refiriéndose a Anna Emmerich, dijo: «Ella me proveyó de todo el material que nunca habría pensado tener».

El registro bíblico es un relato muy sobrio y escueto; el cine, por el contrario, es fundamentalmente imagen, y en lo posible, imagen significativa y emotiva, por tanto, Gibson, el director de cine, necesitaba otras fuentes que le proporcionaran material adecuado. Varias de las imágenes más impactantes del film están sugeridas por los relatos de las místicas, que obedecían a supuestas visiones que ellas habrían tenido acerca de la pasión de Cristo – por supuesto, visiones que van más allá de los evangelios. Es el caso de la personificación de Satanás en Getsemaní, la figura compasiva de Claudia Procles –esposa de Pilato– junto a María, la aparición de niños personificando demonios que hostilizan a Judas, la devastación del templo por el terremoto, y, sobre todo, el papel protagónico de María, ya sea enjugando la sangre junto el poste de las torturas, siguiendo a Jesús en todo el ‘vía crucis’, o besando los pies ensangrentados de Jesús junto a la cruz.

Según Anna Emmerich, cuando Jesús cae, camino a la cruz, María se abalanza «en medio del grupo que estuvo insultando y abusando de él…, ella lo levanta sobre sus rodillas por su costado y lo abraza». Incluso las palabras puestas en boca de María en distintos momentos proceden de su libro. Lo mismo sucede con el episodio de Verónica, de la cual ella dice: «Haciendo su propio camino a través de la turba, … alcanzó a Jesús, se arrodilló ante Él, y presentándole el velo, le dijo al mismo tiempo, «Permítame limpiar el rostro de mi Señor». Jesús tomó el velo en Su mano izquierda, limpió su cara ensangrentada y lo devolvió, agradeciendo.»

La jornada de Cristo a lo largo de la “Vía Crucis” camino al Gólgota, que ocupa largos minutos de la película, sigue muy de cerca el ritual devocional católico medieval conocido como las “14 Estaciones de la Cruz”. Las Escrituras tampoco registran que haya habido tortura en el Getsemaní, que Jesús haya sido lanzado desde un puente, que la cruz haya sido llevada por el Señor y Simón de Cirene juntos, y que María, María Magdalena y Juan hubieran quitado el cuerpo del Señor de la cruz. La Biblia señala que lo hicieron José de Arimatea y Nicodemo.

Estos detalles pueden pasar inadvertidos, o bien ser minimizados por el cristiano emocionado que ve una representación de los sufrimientos de su Señor frente a la pantalla de un cine, pero pueden conformar una distorsionada visión de la pasión de Cristo, que reemplace la veracidad de las Escrituras. Como Bacchiocchi dice, “puede llevar a los creyentes sencillos a venerar al Cristo cinematográfico que han visto, antes que al Cristo bíblico que no han visto”.

Billy Graham declaró: «Cada vez que yo predique o hable sobre la Cruz, las cosas que vi en la pantalla estarán en mi corazón y mi mente»13. Al igual que él, muchos cristianos –especialmente los que conocen poco las Escrituras– tal vez vuelvan una y otra vez sobre las imágenes, y lleguen a creer incluso que ellas muestran estrictamente la verdad acerca de la pasión. En nuestra sociedad, el impacto de la imagen es sin duda mayor que el de la palabra.

Con todo, Gibson ha sido honesto al reconocer que “La pasión de Cristo” es su versión del tema (ha dicho: “La película refleja mis creencias”), y que ella es también evidentemente mariana 14. Por eso mismo, él ha mostrado su extrañeza de que los evangélicos hayan apoyado tan fuertemente el filme.

Bacchiocchi denuncia así el propósito de Gibson en su película: “Desde una perspectiva bíblica, la película contiene numerosos y prominentes errores pensados para promover la perspectiva católica acerca de la Pasión (es decir, como una vía de salvación) y del papel redentor de María, como co-redentora con Cristo”.

Cristo es anunciado

Dios, en su sabiduría, determinó que el evangelio de Jesucristo fuese declarado por medio de la “locura de la predicación”. El evangelio es fundamentalmente un mensaje hablado. Por cierto, las imágenes y las representaciones teatrales pueden ser usadas por Dios, en su gracia, pero ellas tienen en sí mismas un germen que tiñe cualquier mensaje. La convención teatral (o en este caso, cinematográfica) supone que el público acepte que lo que ve es real, aunque sabe que aquello tiene una realidad sólo aparente, que es mera ficción. El buen actor es el que finge mejor 15. El buen cine –y el de Gibson aparentemente lo es– está plagado de trucos, montajes, dobles, etc., que dan la apariencia de realidad, pero que no pretende ser la realidad. Es verosímil, pero no verdadero. Siendo así, el lenguaje cinematográfico está intrínsecamente ‘viciado’ por un elemento extraño a la verdad. Sería peligroso, por lo tanto, que la fuerza y atractivo de unas imágenes, de un extenso y emotivo mensaje visual, reemplazara en el corazón de los cristianos el sobrio pero veraz relato del evangelio.

Con todo, es preciso reconocer que a causa de la película todo el mundo ha tenido que hablar de Cristo. Aun los programas más insulsos de la televisión han tenido que dejar momentáneamente su acostumbrada banalidad para revisar el significado de la muerte de Jesús. Lo oculto del corazón de muchos ha quedado en evidencia en estos días. De nuevo, vuelve a cumplirse la profecía puesta en boca de aquel anciano Simeón: “Éste está puesto … para señal que será contradicha … para que sean revelados los pensamientos de muchos corazones” (Luc.2:34-35). El sacrificio de Cristo, bien o mal representado, polémico y todo, ha hablado al corazón de millones de espectadores enmudecidos y llorosos, como al de aquel joven norteamericano que, después de ver la película, se entregó a la policía confesando haber dado muerte a su novia 16.

Algunos líderes creen que esta película llevará a mucha gente de nuestra generación a aceptar a Cristo como su Salvador personal. El Señor, en su gracia, permita que así sea. Por eso, en medio de todo, y pese a todo, alegrémonos como Pablo, que decía, “algunos predican a Cristo por envidia y contienda; pero otros de buena voluntad. ¿Qué, pues? Que no obstante, de todas maneras, o por pretexto o por verdad, Cristo es anunciado; y en esto me gozo, y me gozaré aún” (Fil.1:15, 18).

1 Este hecho es informado en “Un rayo golpea al actor de Jesús”, por la BBC mundo, 24/10/2003; y comentado por el propio actor en “Me di cuenta que Dios sí existe”, en www.emol.com, 7/03/2004.
2 En “La Pasión de Cristo” supera tabúes y cautiva al público árabe”, www.lun.cl, 7/04/2004.
3 En “Esta es la visión del enemigo de Mel Gibson”, www.emol.com, 14/03/2004.
4 En “Pasión polémica”, BBCmundo, 25/02/2004.
5 En “La película de Gibson despierta pasiones”, BBCmundo, 26/02/2004.
6 Christian Ramírez, en “Vía propia, vía crucis”, www.emol.com, 21/03/2004.
7 “En «La pasión de Cristo» hay que verla (aunque sea para debatir)”, en www.lasegunda.com., s/fecha.
8 Por ejemplo, quitó de la película la terrible frase de los judíos: “Su sangre sea sobre nosotros, y sobre nuestros hijos” (Mateo 27:25).
9 En “El audaz realismo de Mel Gibson”, www.emol.com, 04/04/2004.
10 En películas anteriores, Jim Caviezel se negó a hacer desnudos junto a Jennifer Lopez y Ashley Judd, respectivamente, para no ofender a su esposa. En “levántate y filma”, www.emol.com, 19/03/2004.
11 En “Levántate y filma”, www.emol.com., 19/03/04.
12 Tras el éxito de la película, la editorial Booklet puso a la venta en España la edición en castellano de este último libro bajo el título «La amarga pasión de Cristo».
13 Citado por Bacchiocchi desde “What others are saying”, www.passionCristo.org
14 Es decir, devota de María.
15 En el griego la palabra “hupocrites” designaba a un orador, recitador o actor. En el Nuevo Testamento la palabra derivó en “hipócrita”.
16 Se trata de Dan Leach, de 21 años, quien confesó haber asesinado el 18 de enero pasado a su novia Ashley Wilson. En www.lun.cl, 16/03/2004.