Marco del ministerio de la Palabra

  1. Medios y no fines

A la luz de Efesios 4:11-16, la labor de los ministros de la palabra es perfeccionar (mejor, equipar) a los santos para que éstos realicen la obra del ministerio y la edificación del cuerpo de Cristo. La existencia y la labor de los ministros de la palabra es, por tanto, meramente instrumental e intermediadora. No son un fin en sí mismos, sino un medio para que Dios alcance un fin mayor con la iglesia. La iglesia alcanzará “la medida de la estatura de la plenitud de Cristo” cuando todos los santos desarrollen su función; pero estos no lo harán a menos que los ministros de la palabra los capaciten para ello.

He ahí la gloria y también la ‘miseria’ del ministerio de la palabra. No es un fin en sí mismo, pero es un maravilloso medio provisto por Dios para desencadenar hechos espirituales gloriosos.

  1. Ministros de Jesucristo

Los ministros de la palabra son, esencialmente, ministros de Jesucristo (1 Tim. 4:6). Esta expresión tiene dos posibles acepciones, ambas válidas. Significa, por un lado, que su vida, su poder, su sabiduría, su tema, su ministración, su todo, es Jesucristo. Ellos son siervos de él, y existen para la gloria de él. Cuanto más llenos de Cristo estén, más efectivo será su servicio a los santos. Por otro lado, significa que ellos están comisionados para tomar de Cristo y entregarlo a la iglesia, tal como un garzón serviría una apetitosa vianda a sus clientes. No sólo ministra ‘acerca de’ Cristo, sino a Cristo mismo, como el pan y el agua de vida. (Ver Mateo 24:45-46).

  1. Ductos para el lavamiento de la iglesia

El Señor Jesús está preparando su novia para las Bodas, y lo hace mediante “el lavamiento del agua por la palabra” (Ef.5:26). Los ministros tienen parte en esta obra, porque la palabra lava, limpia (Juan 15:3) y santifica (Juan 17:17).

Es preciso que el ministro de la palabra comprenda el marco en el que se ubica su servicio para no perder de vista el centro y el objetivo de Dios. Nada es de él ni para él, sino de Cristo y para la iglesia. (Continuará).