Espíritu de Dios: gobierno santo,
dominio de mi entraña y de mi mente;
aliento de mi alma y de mis huesos;
idioma, canto, lengua de mi lengua.

Espíritu de gozo y alabanza,
vivencia y realidad del pueblo santo;
glorioso amanecer entre los hombres,
lumbrera ardiente en todos los creyentes.

Espíritu de Dios que ha descendido:
el corazón se agrieta y se descubre;
el fuego como lengua, ha trascendido.
Un júbilo exultante, desde lejos,
anuncia el regocijo de los santos
que beben los raudales celestiales.

Espíritu de Dios, poder profundo,
presencia cautivante y seductora;
aceite nuevo, Galaad divino,
instancia sanadora de la iglesia.

Espíritu de Dios: gobierno santo,
el río de tu gloria está pasando;
raudales celestiales van corriendo,
torrente emocional, razón del Padre.
¡El río de tu gloria está fluyendo!