Lecciones básicas sobre la vida cristiana práctica.

 

El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado».

Mar. 16:16.

Comprendiendo la amplitud del bautismo en la Biblia, vamos a centrar nuestra consideración en sólo dos de sus aspectos que, estamos convencidos, cada nuevo creyente debe conocer. Estos dos aspectos son: (1) ¿Qué puede hacer el bautismo por una persona? y (2) ¿Cuál es el verdadero significado del bautismo?

Antes que el creyente sea bautizado, debería mirar hacia delante y preguntar: Ahora que voy a entrar en el agua, ¿qué hará el bautismo por mí? Esto es ver el bautismo por adelantado. Pero, después del bautismo, el creyente debe mirar hacia atrás y hacer una segunda pregunta: ¿Cuál es el significado de esto que he experimentado? Lo primero es previsión, una comprensión antes del bautismo; lo segundo es en retrospectiva, una averiguación después del bautismo.

¿Qué puede hacer el bautismo por una persona?

«El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado» (Mar. 16:16).

Ahora debemos tener claro el significado de la palabra «salvación» en la Biblia. ¿Cuál es el objetivo de la salvación? Esto puede no ser fácilmente comprensible para los nuevos creyentes, porque carecen de un conocimiento preciso de lo que la salvación es. De acuerdo con la Biblia, la salvación tiene relación con el mundo, no con el infierno. Lo contrario de la vida eterna es la perdición (perecer), mientras que lo contrario de la salvación es el mundo. Nosotros vamos a ser salvados del mundo. En la medida en que nosotros pertenecemos al mundo, nos encontramos en el estado de perdición.

Observemos los cuatro hechos cardinales con respecto al mundo, como se nos muestra en la Biblia: (a) el mundo está condenado o juzgado ante Dios, (b) el mundo está bajo el maligno, (c) el mundo crucificó al Señor Jesús, y (d) el mundo es enemigo de Dios. Por favor, tenga en cuenta que el mundo no sólo peca, sino que también ha crucificado al Señor Jesús. Por lo tanto, es enemigo de Dios. Estos son los cuatro hechos cardinales del mundo como Dios lo ve. Todos los que están en el mundo, independientemente de su conducta personal, ya han sido juzgados, y por lo tanto están en perdición.

Lo que está mal con la gente en este mundo es mucho más que los hechos de una conducta personal injusta. Su verdadera posición está mal delante de Dios. ¿Cómo puede una persona abandonar el mundo si ella está todavía muy consciente de su amor por el mundo? Pero un día se le hizo ver la posición errada del mundo delante de Dios. No importa cuán encantador pueda ser el mundo, tiene que ser abandonado. Por lo tanto, la salvación trata con la liberación de una posición y una relación inapropiada con el mundo.

Entonces, ¿cuál es el significado de la salvación? Ser salvo es ser liberado de esa fraternidad, de esa posición y esa relación en el mundo y con el mundo. En otras palabras, yo salgo fuera del mundo. Las personas están generalmente más preocupadas con su justificación personal, pero necesitan que se les recuerde el lugar desde donde han sido salvadas. La salvación es ser salvado hacia afuera del mundo, no sólo del infierno, porque el mundo está bajo el juicio de Dios.

EL BAUTISMO SIGUE AL CREER

No hay la menor duda que quienquiera que cree en el Señor Jesús tiene la vida eterna. Hemos predicado esta buena nueva durante muchos años. Tan pronto como alguien cree en el Señor Jesús, sea quien sea, recibe la vida eterna, con la cual es favorecido para siempre por Dios. Pero recordemos: creer sin ser bautizado todavía no es salvación. De hecho, usted ha creído; de hecho, tiene vida eterna; pero, a los ojos del mundo, usted no es todavía considerado como una persona salva. En la medida en que usted no es bautizado, no será reconocido como salvo. ¿Por qué? Porque nadie conoce su diferencia con el resto del mundo. Usted debe levantarse y ser bautizado, declarando el término de su relación con el mundo; entonces y sólo entonces, usted será salvo.

¿Qué es el bautismo? Es su emancipación del mundo. Le liberta de la fraternidad a la cual usted perteneció una vez. El mundo sabía que usted era uno con él, pero en el momento en que usted es bautizado, de inmediato advierte el hecho de que usted ha terminado con él. La amistad que había mantenido tantos años ha llegado a su fin. Usted fue puesto en la tumba, terminó su curso en el mundo. Antes del bautismo, sabía que tenía vida eterna; después del bautismo, usted sabe que ha sido salvado. Todo el mundo reconoce que usted es del Señor, porque le pertenece a él.

«El que creyere y fuere bautizado será salvo». ¿Por qué? Porque, habiendo creído y habiendo sido bautizado, es ahora un hecho concreto donde usted se encuentra. Donde no hay fe, no habría aquel hecho interior que sólo hace reales las cosas. Pero con esa realidad interior, bautismo lo pone a usted fuera del mundo y termina la antigua relación con el mundo. El bautismo, por lo tanto, es separación.

SIN BAUTISMO, NO HAY TESTIMONIO

«Mas el que no creyere, será condenado». La incredulidad, por sí sola, es suficiente para la condenación. En la medida en que uno pertenece a la fraternidad del mundo, su incredulidad sella su condenación. Por contraste, quien cree debe ser bautizado; porque, mientras él no es bautizado, no ha salido del mundo en el testimonio exterior.

¿Cuál es el significado real del bautismo?

Ahora que el cristiano es bautizado, necesita mirar hacia atrás y valorar el significado real del bautismo. «¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte?» (Rom. 6.3). «…sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos» (Col. 2:12). Esta es una mirada hacia atrás, no hacia adelante.

Romanos 6 enfatiza la muerte y la sepultura, aunque además hace referencia a la resurrección. Colosenses 2, sin embargo, subraya la sepultura y la resurrección. Por lo tanto, es un paso más allá, porque su punto focal es la resurrección. El agua sirve como una tumba. Lo que es sepultado debe estar muerto, pero lo que emerge debe estar vivo en resurrección. Romanos describe la primera parte de la verdad y Colosenses la última parte de la misma verdad.

Por lo tanto, amado, cuando usted va al agua del bautismo, o cuando usted mira hacia atrás su bautismo tras el lapso de muchos años, debe recordar que usted ya está muerto. Usted pide a las personas que lo sepulten, porque usted cree que está muerto. Sin duda, usted se opondría vigorosamente si alguien quisiera enterrarle antes de su muerte. Incluso si fuese demasiado débil para expresar su objeción, de seguro se resistiría a ser sepultado antes de exhalar su último aliento. Por lo tanto, la muerte es el requisito previo de la sepultura.

Los nuevos creyentes deberían ser instruidos que, en el momento de la crucifixión del Señor Jesús, ellos también fueron crucificados. Es sobre esta base que ellos solicitan ser sepultados en el agua. Pero, así como el Señor Jesús fue levantado de entre los muertos, ellos también serán levantados por obra del mismo poder de resurrección dentro de ellos. Al salir del agua, ellos se convierten en resucitados; ya no son más lo que antes fueron.

Esto es algo que a menudo ellos deberían volver a mirar. Habiendo creído que estaban muertos, pidieron ser sepultados. Por lo tanto, ahora, habiendo emergido del agua, deberán andar en novedad de la vida. Ahora ellos están en el lado de la resurrección.

Traducido de «SPIRITUAL EXERCISE»
A Simplified Version of the Basic Lessons on Practical Christian Living
By Watchman Nee, Chapter I.