Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados Con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida”.

–  Rom. 5:10.

 Dios deja muy claro en su Palabra, que para cada necesidad humana él tiene una sola respuesta: su Hijo Jesucristo. En todos sus tratos con nosotros, él obra quitándonos de en medio y poniendo a Cristo en nuestro lugar.

El Hijo de Dios murió en lugar de nosotros para darnos perdón, y vive en nuestro lugar para nuestra liberación. De esta manera, podemos hablar de dos sustituciones: un Sustituto en la Cruz que asegura nuestro perdón, y un Sustituto dentro nuestro que asegura nuestra victoria.

Será de gran ayuda para nosotros y nos preservará de mucha confusión si mantenemos siempre presente este hecho: que Dios responderá todas nuestras dudas de una sola manera, a saber, mostrándonos más de su Hijo.

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