¿Y acaso Dios no defenderá la causa de los escogidos, que claman a él día y noche, aunque dilate largo tiempo acerca de ellos?”

– Lucas 18:7, V.M.

Naamán se sumergió siete veces en el Jordán antes de ser sanado. Israel tuvo que dar siete vueltas a Jericó antes de que cayeran sus muros. Elías oró siete veces antes de que lloviera. David reinó siete años y seis meses sobre Judá antes de ser reconocido como rey por el resto de Israel. Abraham esperó más de veinte años antes de que naciera el hijo de la promesa. Moisés aguardó cuarenta años antes de que su deseo de salvar a Israel le fuera concedido.

La parábola de la viuda y el juez injusto nos ayuda para entender la necesidad de la espera en nuestras oraciones. Esta parábola concluye diciendo: “¿Y acaso Dios no defenderá la causa de los escogidos, que claman a él día y noche, aunque dilate largo tiempo acerca de ellos?” (Luc. 18:7; Versión Moderna). La Biblia de Jerusalén traduce esta última frase así: “¿…y les hace esperar?”. Luego, en el versículo siguiente, dice: “Yo os digo que defenderá su causa presto”, o “les hará justicia pronto”. Este último versículo pareciera contradecir al anterior, pero no es así. Significa que la respuesta viene, sin duda, aunque se tarde algún tiempo.

En efecto, aunque la respuesta viene pronto y completa, no vendrá sin antes tardarse un poco. Sin embargo, muchas oraciones se interrumpen antes de que se complete el tiempo establecido por Dios para enriquecernos con la paciencia de la espera. Las peticiones que le hacemos al Señor conforme a su voluntad, las tenemos, y en ello hemos de mantenernos, pero muchas veces la respuesta viene cuando ya habíamos perdido la esperanza de recibirla, o cuando ya habíamos olvidado el asunto.

Hebreos 6:12 dice que por la fe y la paciencia se heredan las promesas. Cada respuesta de Dios a nuestras oraciones trae un valor añadido, que es la cuota de paciencia que se ha agregado a nuestra estatura espiritual. Así que, agradezcamos las respuestas concedidas, pero también agradezcamos por la paciencia que se nos permitió ganar en su espera.

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